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Nota: Aviso +18.

Si este contenido te disgusta sigue bajando hasta que veas "Fin del +18". Gracias.
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Su rostro estaba serio pero estaba emocionado por usar su bastón en ti.

A paso lento se acerco a ti, dejo todo a un lado estabas agotada pero eso no quitaría el hecho de que no lo hagas con Ran.

Tomo la soga y amarró tus muñecas en tu espalda.

No te opusiste pues estabas dispuesta a dejarle hacer lo que quiera contigo.

—Levanta las caderas
Ordenó y tú cumpliste.

—Abre más las piernas
Su tomo era firme y fuerte casi demandante.

—¡Abre más, quiero verte!
Tal cual ordenó cumpliste.

—¡Mírame cuando te esté hablando!
Lo miraste, con dificultad pero lo hiciste.

—Que linda, tan obediente— te nalgueo con fuerza y se instaló en tu intimidad.

Ran comenzó a masajear lentamente tu clítoris para luego aumentar la velocidad, podías sentir como tú respiración era cada vez más agitada.

Unos minutos después comenzó a usar su lengua, dando movimientos rápidos sobre tu clítoris lo cual hizo que de ti salieran gemidos altos.

Estabas sensible por Rindou así que todo era más fuerte, sentías todo y todos te provocaba cosquillas en el abdomen.

Cuando estabas a nada de correrte este se separó de ti haciendo que te quejarás al instante.

—Calma.
Tomo uno de los vibradores y lo coloco en tu intimidad el otro en tu trasero e hizo que te pusieras en cuclillas a un lado de la cama.

Aquello te hizo sentir humillada puesto a que prefieres ser la dominante y claramente aquí no eras más que una puta peroo eras la puta de Ran. Este hombre no se acuesta con cualquiera.

Con el látigo recorrió cada centímetro de tu suave piel.

—Luces tan débil y sumisa en estos momentos que quisiera que fuese eterno para contemplar cada expresión de tu hermoso rostro.

Paso el látigo por tus labios y bajo a tu clavícula, luego a tu cuello y fue bajando por tus hombros para dar un latigazo en tu brazo derecho.

Un quejido de dolor salió de tu boca pero el siguió recorriendo tu cuerpo y seguir dando latigazos por todo esté.

Una vez termino te pidió que te acomodadas en el borde de la cama.

La mitad de tu cuerpo estaba recostado y el otro permanecía fuera de la cama. 

Tomo tus caderas y penetro sin aviso previo provocando más gemidos.

Llevo su mano a tu clítoris donde dió masajes circulares y subió hasta tus pezones donde pellizco y apretó estos son detener las rápidas y profundas embestidas

Rápidamente hizo que volteras quedando boca arriba y el arriba de ti viéndote directamente a los ojos, el efecto del alcohol se perdió y lo exitante de la situación te permitió seguir sin vergüenza.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2022 ⏰

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𝘗𝘦𝘳𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰́𝘯 𝘺 𝘭𝘶𝘫𝘶𝘳𝘪𝘢 | 𝙆𝙚𝙣 𝙍𝙮𝙪𝙜𝙪𝙟𝙞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora