Una Tarde Pesada

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Era una tarde intensa, muy atareada y pesada para distintas personas en distintos puntos de un gran país.

Tenemos a Ramiro, cansado de la misma rutina de hace unos meses decide probar cosas nuevas, cosas peligrosas que no todas las personas tienen la valentía de probar, ¿podríamos llamarlo tener valentía o ser un estúpido? Pues no conozco a una persona exitosa que haya durado tanto tiempo en buen estado a causa de esas cosas peligrosas.

En fin, unas horas antes para él fue una noche frenética, llena de excesos, alcohol, sustancias, fiesta y desgracias.
Pero horas antes de aquella noche frenética se puso en contacto con una persona que había conocido gracias a unos amigos, los nervios lo invadían por ser la primera vez que había tenido contacto relacionado al mundo de las drogas.

Quedó de verse en un punto solitario, no muy concurrido, Ramiro comienza a preocuparse, a hacerse ideas en la cabeza, una cada vez peor que la anterior, el camello (como sus amigos acostumbraban llamar a aquel tipo) ya había tardado un buen rato después de la hora acordada, finalmente se logra ver a lo lejos un tipo, el único tipo que rondaba por la zona, vestido de negro, con cara semidescubierta, misterioso y de gran altura.

Al tenerlo de frente logra ver su cara, nada parecida a las ideas que se había formado, totalmente contrario al aspecto que las películas, historias y series hacen creer a las personas.

Era un chico de tez blanca, ojos de color claro, a simple vista se veía simpático y carismático, incluso inspiraba confianza.

-Ey que tal --saluda Ramiro al desconocido
-Hola, ¿Ramiro cierto? ¿Cómo estás?
-Muy bien, aun que no creo que sea momento de hacer amigos, ¿tienes lo que pedí?
-Claro, incluso te voy a dar esto, tómalo como una cortesía de la casa.

Ramiro observó lo que le había regalado aquel tipo, un pequeño cuadro colorido y caricaturesco, en fin lo guardo y contestó:

-Gracias --Exclamó Ramiro con una voz temblorosa-- ¿Cuánto sería?
-Serían 20 euros, tienes mi número para cualquier cosa que se te ofrezca, suerte.

Sin esperar la respuesta de Ramiro, el tipo se puso en marcha de regreso por el camino por donde llegó. Ramiro se sintió aliviado, camino lo más rápido que pudo hasta su casa y mandó un mensaje a su grupo de amigos donde decía que tenía algo especial para la noche.

Amargas tardes grisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora