Una Tarde Agresiva

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Diego, ¿qué podemos decir de este chico? Un desorden total, viviendo en un cuarto estúpidamente vacío, sucio y deplorable, realmente a él eso no le importaba, el lugar donde dormir era la cosa menos insignificante para todos sus problemas.

Al vivir en un barrio peligroso, no tuvo otra opción que recurrir a vender sustancias ilícitas, no era algo que le gustara hacer, pero no tenía otra manera de sobrevivir. Eran recurrentes las amenazas por parte de la persona que le prestaba el lugar donde dormía y que para hacer las cosas más difíciles era la misma persona que le proveía las sustancias para que él las vendiera.

-Ey Diego, espero que ya tengas mi pago, no es muy bueno de mi parte seguir dándote esa porquería para que la sigas vendiendo y no reciba nada a cambio.
-Si, estoy a punto de pagarte-- dijo Diego con una voz quebradiza
- Tienes hasta fin de mes

Diego salió a su cuarto deprisa, llegaba tarde a la cita con un tipo nuevo que le había pedido una gran cantidad de lo más nuevo.

Se vistió con las primeras prendas que vió y salió casi corriendo.

Amargas tardes grisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora