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La vida no era fácil para Louis, ya llevaba cinco años vagando por la ciudad sin estar seguro de lo que quería estudiar o hacer con su vida, a pesar de haber terminado la preparatoria, la universidad no parecía tan interesante como cuando era un joven extrovertido aún en los años de secundaria, simplemente todo parecía tan vacío y no se tomaba las cosas enserio.
Venía de una buena familia por lo que podía vivir por su cuenta con el dinero que su familia le enviaba cada mes, para el alquiler de un departamento, comida y algo extra.
Mientras se encaminaba para ir a tomar a un bar que encontró hace algunos días en sus tantos vagabundeos, le echo un vistazo rápido a la universidad que estaba cerca de su departamento, no parecía ser mala, pero tampoco era exitante la idea de tomar clases y conocer nuevas personas, si bien el era bastante sociable y jamás caminaba solo, ahora no le interesaba.
El conseguir pareja se le cruzó un par de veces por la cabeza cada vez que un grupo de chicas se le quedaba viendo como si fuera una estrella de rock & roll, sin embargo, esos pensamientos se desvanecían tan rápido como aparecian, incluso con esos pensamientos, eliminaba la posibilidad de tener una pareja romántica en el futuro, pues aunque el lo dijera, nadie creería que era un virgen sin causa, su aspecto era el de un chico que había tenido bastantes parejas a lo largo de su vida, pero lo que más había logrado era sostener la mano de una chica al defenderla de quienes la molestaban, ese era el único contacto que había tenido con el sexo opuesto durante toda su vida.

Nadie jamás lo había molestando como molestaban a otras personas, el tenía un aspecto tosco de lejos pero si se fijarán más en su facciones, era un chico bastante delicado, su cara tenía una forma de v su mandíbula se marcaba, las líneas de su rostro era delgadas, como si de un dibujo se tratara, era un poco musculoso de los brazos pero no demasiado para considerarlo un fan del gimnasio, bajo su camisa blanca se podía notar la línea de su cintura y como su torso detonava en delicadez, su trasero era casi en forma de corazón, era algo grande pero no tanto como para llamar tanto la atención, siempre usaba pantalones holgados así que aún lo mucho que pusieras atención no podrías notar la forma perfecta que tenía este, las manos era algo pequeñas y delgadas pero en proporción a su cuerpo estaban bien.

En fin, su cuerpo no era el de un tipo musculoso y tampoco el de un debilucho, de echo era bastante delicado y algo femenino, en pocas palabras emanaba erotismo. Eventualmente dejo sus pensamientos de lado antes de recordar momentos asquerosos que pasaron es su vida, así regresando a su rumbo hacia el bar.

Llegando ahí pidió un whiskey en las rocas para humedecer su garganta ya seca de caminar pues aunque estaba cerca estaba bastante sediento por salir de su casa sin tomar ni siquiera un trago de agua.
Después de estar un rato ahí nada interesante pasaba así que con unos pocos tragos encima salió a caminar para enfriar su cabeza con la brisa nocturna.
Cómo era usual alguno que otra persona se le quedaba viendo como si quisiera desnudarlo en mitad de la calle y tomarlo de alguna manera, esas miradas eran asquerosas pero que podía hacer más que ignorarlas, no era como si fuera a pelear pues no le habían dicho nada, solo se lo estaban comiendo con los ojos y eso era todo.
Alguna vez pensó en ir detrás de algún hombre o una mujer solo por su buen aspecto para tener algo de acción pero los pensamientos inexpertos que se cruzaban en su mente se iban tan rápido como venían:
¿Qué podría hacer un virgen como tú su primera vez?
Era todo lo que podía pensar, el solo asentía para si y se resignaba a irse a su apartamento como siempre y encerrarse hasta el siguiente día.
Todos los días era una aburrida monotonía.
Despertaba, se duchaba, pasaba el día en casa, por la noche salía a algún lado, tomaba unos tragos y se iba a su apartamento.
Sin problema podría entrar a la universidad pues su capacidad de retención de información estaba por encima del promedio, así que toda la información que recopilo en sus tiempos de escuela aún los tenía intactos.
Tal vez podía ir y pedir alguna información para entrar al colegio y tomar cuántos años sean necesarios para buscar un buen trabajo y vivir por su cuenta en un apartamento más grande del que tiene o tal vez invertir en un terreno y contruir una casa propia, algo rústica o algo así, para no sentirse muy observado.

Déjame decir que te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora