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Estoy en problemas, o solo me estoy cuestionando?

-Bien día, cuál era tu nombre?-
-Ah? Louis-
-Bien Louis, me gustaría presentarme, mi nombre es Josef, tengo 25 años, soy el asistente del director y un profesor de esta institución-
-Sabia que eras joven!-
-Umm..claro-

*Oh...lo dije o lo pensé..?*

-El director te llama, para ver tu resultado de examen-
-Bien-
-Por favor avanza-

Hice una reverencia y camine frente al joven...supongo... llamado Josef, estaba algo nervioso pero no por mis resultados, aquellos ojos ámbar no dejaban de mirarme, realmente no me los quita de encima, me pregunto si se dió cuenta de las líneas que detona mi cuerpo o solo tiene curiosidad, no siento ningún fin lascivo así que solo lo dejaré pasar por ahora, no quiero problemas.

Al llegar a la oficina del director cerraron la puerta detrás de mi y este me indico que me sentará frente al escritorio.

-Personalmente revise este examen cuatro veces, chico tienes una gran habilidad, el examen es perfecto, puntaje perfecto, lo que no entiendo es porque quieres estudiar aquí, con tu nivel podrías ingresar a alguna universidad con gran prestigio, alguna como Harvard-
-Oh, si pero no tengo mucho interés en destacar, solo quiero estudiar en una universidad y después conseguir un trabajo estable-
-Pues bien, será un placer tenerte aquí, solo una pregunta ¿Que te gustaría estudiar?-
-Cualquier carrera con leyes está bien-
-Muy bien entonces, te haremos un lugar en derecho-
-Gracias-
-Empiezas mañana, por favor asiste en tiempo y forma-
-Si señor, gracias, hasta luego-

Me retire de ahí haciendo una reverencia y fui camino a mi departamento.

~°•°~

En la mañana desperté temprano, pues tenía que acostumbrarme a mi nuevo horario, llame a mi madre para avisarle que empezaría a cursar la universidad pero como siempre no tenía interés y está ocupada, respondió con un seco ok y colgó el celular, estaba acostumbrado a esa actitud dirigida hacia mi desde pequeño, quién me cuidaba era una amable mujer llamada Rocío, Rocío cuido de mi la mayoría de mi niñez, no tenía tanto contacto con mis padres, siempre estaban ocupados y en realidad no tenía nada de que hablar con ellos, ya se enterarían de alguna manera u otra.

La mañana en la escuela era bulliciosa y había muchas personas, era algo hostigante, las miradas lascivas no paraba y ya estaba harto de aquellos ojos de varios tonos oscuros mirándome fijamente.
Desnudarme con la mirada parecía no ser suficiente ya eran más de tres veces que alguien me tocaba el trasero, incluso un guardia comenzó a perseguirme, para mí mala suerte me encontré en un callejón sin salida.

-Chico, no te haré nada, ven aqui-
-...-
-Vamos-
-Vuelve a tu puesto-

Una voz gruesa hablo después de aquel guardia y nuevamente sentí la presencia de unos ojos desafiantes.
Ahí estaba mi salvador, Josef con esos ojos ámbar que tanto me hacían temblar.
El guardia después de escuchar esa voz palideció y salió de ahí corriendo tan rápido como sus piernas le permitieron, pero sus expresión parecía aterrada, como si hubiera visto un fantasma, la vista de el hombre vestido de traje era algo aterradora, mis ojos se posaron en aquella figura alta y delgada.
El cuerpo del asistente directivo no era nada comparado al mío, este era musculoso y algo tosco, las manos eran grandes con aspecto duro, su figura era detallada, aquel traje hacia que la vista fuera agradable. A pesar de estar temblando ante la gruesa voz de ese hombre y con piernas tambaleantes estas no cedieron pues me encontraba embelesado admirando las líneas que formaba su torso intentando adivinar si sería fornido o no tendría ni un solo pliegue en su estómago detonando músculos.

Déjame decir que te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora