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Si a Percy le hubieran dicho que en un campamento donde hay semidioses conocería a quien considera su alma gemela, probablemente se hubiera reído

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Si a Percy le hubieran dicho que en un campamento donde hay semidioses conocería a quien considera su alma gemela, probablemente se hubiera reído.

Sin embargo al final el destino decidió hacer eso realidad. Decidió hacer que se encontrarán.

Denial era su tristeza y su amor. Era su salvación y al mismo tiempo era su más grande perdición.

Sin poder evitarlo Percy llevo su mano al collar que tenía alrededor de su cuello. Collar le pertenecía a el.

Era un día caluroso  y estaba manejando el coche de su padrastro junto a Rachel.

Pero sinceramente lo único que quería Percy era estar en su habitación y caer dormido, y con suerte se despertaría y vería que todo había sido un mal sueño. Con suerte se despertaría debido a caricias en su cabello y al abrir los ojos notaría que se encontraba a acostado en un pecho y al ver hacia arriba vería unos hermosos ojos azules y una sonrisa.

Pero sabía que todo era real. Sabía que el  se habia ido. Sabía que el traicionó al campamento. El lo traicionó.

—¡Detente ahí!—exclama Rachel.

Percy freno justo en un acantilado que mostraba el mar del atlántico. El mar siempre fue uno de los sitios favoritos de percy, pero estar más hermoso:verde reluciente y liso como el cristal. Como si su padre lo estuviera manteniendo tranquilo. Por cierto, su padre era poseidón. Por lo que puede hacer eso.

—Entonces—sonrio rachel—¿Que me dices de la invitación?

—Ah... Si—percy procuro sonar entusiasmado.

La cuestión era que, Rachel lo habia invitado a pasar el verano en la casa de verano de su familia en la isla de Saint Thomas. No es que el reciba ese tipo de invitaciones todos los veranos. La idea de él, de pasar el verano era ir a un cabaña en long island, con unas cuantas películas alquiladas y pizza congelada. Mientras que los padres de Rachel lo invitaban a pasar el verano en el caribe.

Y si era sinceró, percy necesitaba desconectarse del mundo y tratar de superar lo que pasó.

—Percy—exclamo rachel—Se que es un mal momento... Pero para ti siempre es mal momento, ¿verdad?

En eso acertaba.

—Tengo muchas ganas de ir—le aseguró—Es solo que...

—¿La guerra?—pregunto ella.

Percy asintió. No le gustaba mucho hablar se eso, pero Rachel estaba al corriente de eso. A diferencia de la mayoría de los mortales, ella puede ver a través del velo que separa el mundo de los dioses y los mortales.

Rachel puso su mano en un brazo de percy.

—Tu piénsalo, ¿vale?, Nos vamos dentro de un par de días. Mi padre...—le temblo la voz.

PARADISE ¹, percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora