~🎤 Parte XXVII 🎤~

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En uno de esos días llegué hasta tu puerta. Venía a buscar unas cosas de la beba que había dejado de último momento y me pidió que le llevara a casa de su amiga.

Cuando abriste la puerta te me quedaste mirando.

No hizo falta explicarte el motivo de mi visita antes de que me dijeras "ah si, me llamó."

Ese día tus ojitos estaban tristes y se notaba que habías llorado, aunque intentaste disimularlo con una sonrisa y una alergia nasal.

No pude evitarlo, tire de ti y te rodee con mis brazos.

Suspiraste, enterrando tu rostro en mi cuello y sentir tu respiración en esa zona fue un cosquilleo que me recorrió el alma.

-Aún no es noche de Luna llena. -dije

Reíste.

-Lo se, pero ya sabes que tengo mis momentos. -colocaste una mano sobre mi pecho para poner algo de distancia y me miraste.

Asentí, acomode un mechón de cabello tras tu oreja y con mucho pesar te libere.

Esto no es correcto y presiento que tú lo sabes por la turbidez reflejada en tu mirada.

-Lee la pagina 127 del libro que te regale. -susurre con una media sonrisa y enarcaste una ceja.

Exhale profundo.

-Me voy, ya estoy tarde -dije luego de un corto silencio donde nuestras miradas permanecieron conectadas. Aclaraste tu garganta y asentiste.

-Si -dijiste nerviosa y un tanto ansiosa. -Voy por las cosas. -respondiste agitada y te alejaste.

Espere y a los segundos regresaste con una mochila que pusiste sobre mis manos.

-José Manuel se queda hoy conmigo. -comenté y asentiste encogiéndote de hombros.

-Me comentó algo de un ensayo o una práctica o algo así.

-Estás invitada. -solté sin pensar al ver cómo tomabas una bocanada de aire. -Digo, dejare la puerta abierta por si te nos quieres unir. -sonreí, volviste a asentir aunque no te vi muy segura. Te cubriste con tus brazos y los acariciaste.

Te mire una última vez, me incliné sobre ti y bese tu mejilla. Sentí como la respiración se atoró en tu garganta y tu mano se detuvo en mi pecho. Tal vez, no lo esperabas.

Echaste la cabeza hacia adelante y tu frente quedó a la altura de mi boca. Me anime y deje un último beso en esa zona.

Como en los viejos tiempos.

Liberaste el aire contenido, mas no te quejaste.

-Nos vemos, Lucerito

-Nos vemos, Manuelito -sonreíste débilmente. Te despediste con tu mano y cuando ya había dado exactamente ocho pasos cerraste la puerta.

El eco de está al cerrarse golpeó en mis oídos.

Y quise volver para consolarte.

Como en los viejos tiempos.

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