Parte Única

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Xingqiu había estado husmeando en la biblioteca, como de costumbre, en la búsqueda de saciar su sed de obtener nuevos conocimientos. Le había prometido a Chongyun que le leería una nueva historia en cuanto terminara sus quehaceres diarios como exorcista. Sus amarillentos ojos se paseaban por los lomos de los libros esperando hallar un título prometedor que no hubiera estado antes en sus manos, ─que ya era complicado, siendo un visitante habitual del establecimiento.─, pero ninguno parecía ser el indicado para su querido amigo. Cambió el rumbo hacia la sección de "realidad", donde hallaba con frecuencia historias y leyendas que supuestamente eran ciertas, Xingqiu no descartaba la posibilidad de ninguna de ellas. Avanzó hasta casi el final de la sección cuando, de manera inconsciente, acercó su mano a uno de los libros. Poseía los colores de Chongyun, celeste y blanco y no recordaba haberlo visto antes, así que era un punto a su favor; el título del libro estaba enmarcado en la portada en una caligrafía elegante plateada, era "El Crisantemo de Cristal". Recordaba que en la fría región de Snezhnaya podían hallarse ese tipo de flores, pero, no caía especialmente en que estuvieran hechos de dicho material. Con la duda corroyendo su mente sentenció que ese sería el adecuado, le informó al bibliotecario que tomaría prestado dicho libro, tendría que esforzarse por no husmearlo si quería que fuese novedoso para ambos, se recordó a sí mismo mientras observaba las páginas cerradas intrigado. Tampoco había a la vista ningún autor, lo cuál lo hacía todavía más enigmático. Misterios, teorías y pasar el rato con Chongyun, sería una tarde espléndida. Revisó la hora en su reloj de bolsillo mientras caminaba hacia Wanmin, el restaurante de Xiangling y también su punto de queda habitual. Almorzarían y luego buscarían un rincón en la Montaña Aozang donde disfrutar de la lectura, estaba lejos, pero merecía la pena por la tranquilidad que se respiraba. Aunque no sabía si sería capaz de esperar hasta llegar allí para comenzar a leer el libro, quizás lo haría a medio camino mientras el de cabellos celeste lo escuchaba en silencio comiendo uno de sus polos. Cuando llegó a la localización, su acompañante no había llegado todavía, sin embargo, no estuvo demasiado tiempo a solas, porque la cocinera amante de la comida salió a recibirlo con sus típicos andares enérgicos. En sus manos se hallaba una libreta con la que tomaría la nota de su pedido.

─¡Hola hola! ¿Mesa para dos? ─Xingqiu evaluó pedir ya la comida, así le daría tiempo a que se enfriase para que Chongyun se sintiera cómodo. El podría pedir su propio plato más tarde, al fin y al cabo, no es que variaran a menudo su menú ninguno de los dos.

─Saludos Xiangling, así es. Si no es molestia, podrías ir preparando un plato de fideos con delicias de montaña. Yo pediré mi plato cuando llegue mi acompañante para que podamos comer juntos. ─Ese era el propósito inicial de quedar supuso. Se dirigió a la mesa que la chica había tenido la amabilidad de indicarle, era la misma de siempre, algunas cosas nunca cambiaban. Una vez tomó asiento, tuvo que aguantar los impulsos de adentrarse en la lectura. Antes de que se fuera, llamó su atención para hacerle un recordatorio.─ Sin picante, por favor.

─Os perdéis delicias por culpa de vuestro paladar poco entrenado. ─Mencionó refunfuñando. Era lo que solía decirles, pero es que el pobre Chongyun odiaba la comida picante, así como la caliente, por lo que podría decirse que los hábitos de cocina de Xiangling eran incompatibles con los del chico cryo. De todas formas, le había gastado alguna que otra pequeña broma en relación a lo que no soportaba para molestarle amistosamente, nunca sin pasarse más de la cuenta. Como al entrar en calor su personalidad adapta numerosos cambios divertidos, era casi imposible resistirse a ello.

Al cabo de unos minutos, en los que Xingqiu tuvo que tirar de su imaginación para pasar el rato al no poder abrir el libro, su amigo apareció al fin por la puerta del restaurante. Le llevó unos segundos volver a ser consciente del mundo real, así que se le quedó observando en silencio en lo que alcanzaba el asiento frente a él, con una sonrisa apareciendo en su rostro al prestarle atención finalmente. Puso el objeto sobre la mesa.

Crisantemo de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora