Amarilis Lirio Malfoy hermana menor de Lucius Malfoy asistirá a Hogwarts desde su 6to año porque anteriormente estudiaba en Beauxbatons. Es una chica dulce y amable, ella nació siendo parte ninfa, creció lejos de su familia, ya que fue criada por un...
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Al día siguiente mi tía me llevo a la casa en la que viviría, la cual era muy grande, estuve explorando la casa hasta que mi tía me llamo, junto a ella estaban tres personas las cuales se parecían mucho a mí.
Iris: Amarilis, ellos son tus padres y el tu hermano mayor Lucius.
Cuando me dijo en eso me sentí tan feliz que inmediatamente fui a abrazarlos, pero no paso ni cinco segundos desde que los abrace y me comenzó a doler mucho la cabeza, sentía que me iba a explotar la cabeza. Ellos al ver que me dolía se alejaron de mí, pero seguí abrazando a Lucius, ya que con él no me dolía la cabeza.
Stella Malfoy: lo siento mucho hija, por nuestra culpa tú estás sufriendo.
Abraxas Malfoy: hija, estás bien, te duele mucho, lo siento.
Amarilis: no te disculpes mamá, no es tu culpa, estoy bien papa, estoy muy feliz de verlos y a ti también hermano mayor, hoy es el día más feliz de mi vida, he estado esperando mucho tiempo conocerlos al fin.
Abraxas Malfoy: bueno, si no contamos con el día de hoy, entonces en 5 días vas a ir a Hogwarts, realmente espero que te guste mi pequeña luz.
En esos 5 días nos la pasamos todos juntos en familia, aunque mamá y papá estaban un poco alejados de mí por obvias razones. Cuando me puse a conversar con Lucius él me dijo que está casado, me sentí feliz porque él encontró a alguien que ame y con la que compartirá toda su vida.
Mis padres, mi tía Iris, hermano mayor y su esposa Narcisa el día que tenia que ir a Hogwarts me fueron a despedir, cuando subí al tren estaba muy vacío era algo lógico pues yo llegaba una semana después de que ya comenzó las clases en Hogwarts, cuando al fin llegue al colegio vi que ya era de noche, así que mañana me seleccionarán a una casa de Hogwarts lo que quería decir a que mi dormitorio aún no estaba definido por lo cual fui enviada a la cabaña de un semigigante llamado Hagrid el cual fue muy amable y considerado conmigo cuando llegue.
Estaba dando vueltas en la cama porque por la emoción no podía dormir, así que decidí ir a explorar. Estuve caminando hasta que vi un sauce boxeador, me dio curiosidad que Hogwarts tuviera un sauce boxeador, así que fui donde él, pero casi me golpea, pero por suerte paro a tiempo. Le pedí por favor si me dejaba ver lo que ocultaba, ya que era muy extraño encontrar un sauce boxeador, puesto que estos principalmente sirven para ahuyentar a los intrusos, el sauce me dio paso.
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Cuando logre entrar pude ver unas escaleras, al final de estas me encontré una habitación donde había un ciervo, un perro, una rata y un lobo, el cual cuando se percató de que había alguien más ahí se puso alerta para atacar, el lobo cuando me vio paro de gruñir me acerque a él y lo acaricie hasta que se calmó él me lamio la cara lo cual me causo cosquillas y me hizo reír, pero después me fije que el estaba muy herido así que me preocupe que sus heridas fueran a empeorar. No quería que nada malo le pase al pobre.
Amarilis: me permites curar tus heridas lobito, juro que no te dolerá.
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El lobo asintió, así que puse mis manos cerca de sus heridas y lo cure, no quedo ni una cicatriz, vi que los demás animales o mejor dicho los animagos me veían curiosos.
Amarilis: ya está amiguito, me iré ahora, porque creo no que a ustedes les gustara que yo sepa quienes son y mucho menos verlos volver a su forma humana, así que adiós, animagos y hombre lobo los veo después a por cierto si necesitan mi ayuda no duden en avisarme, cuídense mucho- dije sonriéndoles y despidiéndome con la mano.
Fui de vuelta a la cabaña, pasaron unas horas y me di cuenta de que ya había amaneció genial, hoy comienza mi primer día de clases, estoy muy emocionada, Hagrid me ofreció un desayuno el cual estaba muy rico y me llevo a la escuela nos paramos frente a una gran puerta.
Hagrid: espera aquí hasta que te llamen Amarilis
Amarilis: está bien y muchas Hagrid por tu hospitalidad y amabilidad al recibirme en su casa
Hagrid: fue un placer pasar tiempo con una niña tan amable como tú, adiós
Amarilis: adiós, Hagrid
Estaba esperando frente a esa gran puerta hasta que escuché que decían mi nombre y las puertas se abrieron dejándome ver un gran comedor que estaba lleno de muchas personas las cuales se voltearon a verme, me puse un poco nerviosa al ver que todos voltearon y me miraban.
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Traté de calmar mis nervios y sonreí, tenía que dar una buena impresión para que las personas no me miraran tanto ni hablaran mal a mi espalda.
