Capítulo 1 El despertar

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Era una mañana de octubre, desperté muy desorientado, no sabía ni quién era, mucho menos sabía mi nombre ni de donde provenía. Me sentía exhausto como si hubiera corrido sin parar mientras alguien intentaba matarme, estaba en un desierto así que debía buscar refugio en alguna parte.

Fue ahí cuando decidí caminar y caminar intentando llegar a una aldea o uno de esos pueblos que recordaba haber visto en algún lugar. Camine por horas y horas, caminé tanto que se había hecho de noche, de la nada empecé a correr porque al caer la noche sentí que algo maligno se acercaba más y más a mi. Sabía que debía temerle a algo... Algo que no era de este mundo, algo sin vida ni aliento. Fue ahí cuando escuche unos gruñidos que provenían de las lejanías y sentí que mis escalofríos subieron de la punta de mis pies a la coronilla de mi cabeza.

Me dije que debía ser positivo, posiblemente hayan sido los coyotes cazando a los correcaminos del desierto. Los gruñidos se acercaban cada vez más a mi, sentía un constante pavor que no me dejaba ni caminar. Eran... eran... ZOMBIES! -Pero... PORQUE HAY ZOMBIES AQUÍ, VIENEN POR MI?-.

Empecé a temblar de miedo, rápidamente busqué donde esconderme, vi un automóvil que parecía haber estado sin uso desde hace mucho tiempo, a la distancia estaba varado con las llantas encajadas en el suelo. Segui corriendo a pesar del cansancio y la fatiga en mi cuerpo - ¿Pudo haber sido la adrenalina del saber que pude haber sido comido?- pensé. Corrí hasta que llegue al automóvil, en ese momento sentí paz en mi ser al fin podía tomar un respiro. Hubo un silencio absoluto, como si todos los zombies hubieran desaparecido de la nada, empecé a temblar de miedo por no saber que iba a pasar. Mi corazón empezó a latir como una locomotora en los rieles oxidados del mundo que pensaba conocer.

Algunos recuerdos llegaron a mi pero como llegaron, se desvanecieron en mi cabeza, como si alguien no quisiera que recordara nada. Un grito rompió el silencio fue el más horrible que mis oídos habían escuchado alguna vez, Estaba tan cansado que ya no quería correr más, decidí rendirme y esperar lo peor, de repente el automóvil empezó a funcionar fue como si yo me hubiera conectado con el automóvil y me respondiera a mis comandos, no puedo explicar lo que se sentia, sentia que yo veia a traves del automóvil, use el automóvil para arrollar hasta el último de ellos, en un punto destruyeron el parabrisas del automóvil, fue como si yo mismo hubiera perdido uno de mis ojos. Afortunadamente a pesar del gran dolor que estaba sintiendo se hizo de mañana y así como llegaron se desvanecieron.

No sabia porque ni como había hecho lo que hice la noche de ayer pero pude ver a las lejanías un pueblito abandonado, pensé más de una vez en ir a ver que encontraba ya que sabía que a esas bestias asquerosas les asustaba el sol y si mi hipótesis era cierta ellos iban a estar dentro de las casas y lugares con techo de esa ciudad, pero el hambre me gano asi que a pesar del riesgo de ser comido fui hacia una pequeña tienda departamental, tenía la esperanza de encontrar algo de comer o al menos algo para tomar pero mis esfuerzos fueron en vano, no había nada para poder calmar el hambre que estaba sintiendo. En ese mismo momento fue que sentí que estaba siendo observado, escuche unos pasos atrás de mi, no sabia que hacer, vi una rama gruesa de un árbol que estaba creciendo a través de la grieta de la tienda y la tomé para poder defenderme, di la vuelta y grité.

-Quien esta ahí, muéstrate y deja de esconderte-

Que sorpresa, lo que habia ahi era un pequeño osito bebe, estaba asustado y podía ver en sus ojos el hambre que tenía , no había nadie cerca, ni una sola alma, fue en ese momento que decidí cuidar del pequeño osito, vi en su cuello que tenía una plaquita de metal que decía Ruttenberg, intuí que ese era su nombre , también había una dirección pero era casi ilegible lo que decia asi que no le preste mucha importancia, ya que el pequeño pueblo se veía vacío decidí que Rutti y yo nos quedaremos ahi esa noche ya que era muy peligroso estar ahí fuera de noche y yo aun no sabía cómo es que había hecho lo de la noche anterior, cayó la noche ese dia.

Algo había raro con el Rutti, caminaba casi siempre en dos patas y en la noche todo su pelaje brillaba de un amarillo muy fuerte excepto una figura en el medio de su cabeza, lo raro es que dicha figura formaba un simbolo de unas montañas. Al despertar decidí que ese sería nuestro pequeño hogar provisional ya que al menos quería que mi pequeño nuevo amigo se sintiera a gusto conmigo.

Varios días habían pasado y los zombies no había aparecido en muchos días , pensé que todo había cesado o que tal vez fue una pesadilla y que nada fue real ya que no vi nada aquel dia en el pueblito pero sin saberlo un fatídico día se escuchar aquello que jamás creí escuchar otra vez, no sabia que hacer, ahora debía cuidar de Rutti y de mi, decidí escapar esperando a que Rutti siguiera mis pasos pero no fue así... Él decidió quedarse y pelear pero no había mucho tiempo, debía hacer que Rutti me siguiera rápido, a pesar de llevar poco tiempo de conocerlo no quería que nada le pasara, el era la única familia que tenia, lo unico que me importaba en esta vida así que si no podía hacer que el me siguiera entonces me tendria que quedar a protegerlo no sabía ni qué estaba haciendo ya que nunca aprendí a pelear, no sabia ni quien era en realidad, creo que el instinto de proteger al más débil, o simplemente fue el sentimiento de apoyo el que sentía al tener a Rutti de mi lado esta vez, sin dudarlo corrí hacia donde Rutti estaba sin esperar nada, un zombie estaba a punto de atacar a Rutti. Lo protegí formando una X con mis dos brazos para así tomar todo el daño de sus zarpazos pero cuando estaba a punto de recibir el impacto vi que estaba empalado por una gran roca filosa, decidí voltear para atrás y Rutti se había convertido en una mezcla de oso Kodiak era enorme a comparación del pequeño amigo que había conocido tiempo atrás, entendí entonces porque él no tuvo miedo de luchar y siendo sincero el tambien me ayudo a no tener miedo, dimos hasta el último aliento hasta que Rutti se desmayó por el cansancio ahí fue cuando él apareció, su sola presencia me helo la sangre y su voz... su voz tan rota, dolía y hacía sangrar los oídos de solo oírla

-Mi querido Bjorn, tú no escaparás de mis dominios, se lo que eres y lo que este oso es, no importa cuantas veces lo intentes, siempre estaré en tus pesadillas, siempre estare presente-.

Sabía que él era el ser que daba esos gritos, era el ser que controla a los zombies? Antes de que pudiera reaccionar a lo que él estaba diciendo tomó a Rutti por el cuello y intentó asfixiarlo, en ese momento llegó otra humana, se veía algo preocupada por el estado de salud de Rutti, después volteo y me dijo,

-Este oso es tu Tótem ?-

Yo no sabía a lo que se refería con eso así que le pregunte muy dudosamente a que se refería con eso, ella solo se limitó a decirme que otro rugido se acerca asi que debiamos ir a un lugar seguro tome a Rutti en mis brazos y ella me dijo este es un Tótem, de su kimono salió una sombra que inmediatamente se convirtió en una serpiente emplumada muy majestuosa, en ese momento ella me dijo. -Sube a lomos de Quetzalcoatl te contaré todo en un momento pero por favor tu Tótem necesita asistencia, debes guardarlo ahora- Yo no sabía a qué se refería con "guardarlo"así que le pregunte -Explicame quien eres, y a qué diablos te refieres con guardarlo-. Ella simplemente no dijo nada más que su nombre, por alguna razón me sonaba muy familiar, su nombre era Maya, no me explico mucho a que se refería con guardar a Rutti pero sin duda sabía que algo grande, aterrador y muy riesgoso nos esperaba. 

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