Mi cabeza se apoya en tu pecho, el espacio en el colectivo es corto y el viaje largo, debemos juntar nuestros cuerpos; o quizás sólo sea una excusa.
Lento me voy durmiendo y tal vez siento tu mano en mi cintura, en mi espalda, acariciándome. No voy a dormirme mientras me hagas sentir tanto, con tan solo un roce.
Sin embargo, finjo que si, y dando un suave beso en tu pecho susurro "descansa". Vos, contra todo pronóstico, me lo devolves besando mi frente. Tus labios son suaves, una caricia, inalcanzable. Los probé y quiero más, y están tan lejos.
Cada tanto mi mano se choca con la tuya, es un choque extremadamente suave, casi un roce. Luego se despide. Así repetidas veces. Hasta qué en un momento dado tu mano toma la mía, la cubre, y yo no sé cómo sentir menos.
Nos separamos, es hora de bajar. Estamos en algún punto de Corrientes, o de Callao, o de Entre ríos. No quiero saberlo, vamos a separarnos y ya no tengo excusas para volver a tu pecho.
Entonces me decís que nos sentemos en algún boulevard, que está frío y con el viento no da ganas de caminar. De alguna forma u otra, accedo y beso tu rostro, beso tu mejilla. Giras tu cara y mientras estoy cerca, muy cerca, besas mis labios. Es sólo un instante, sólo un contacto. Así que voy y los beso de nuevo, otro instante. Me decís "perdón, no puedo seguir", yo digo que entiendo, sé que llegué algo tarde, que estás conociendo a alguien. Sin embargo veo en tus ojos, en todo el ambiente, en tus manos y en tu cuerpo, la promesa de que vas a besarme, ampliamente, no un instante sino una eternidad. Que voy a sentir, cada roce, cada juego entre nuestras bocas.
Luego despierto, de todo el sueño. Estoy en mi cama, y nunca te besé. El sol se asoma por la ventana, y yo nunca te besé.
Quizá nunca lo haga, no más que en sueños.
El recuerdo de lo que no fue me lastima, me consuela, es lo único que tengo.
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Cartas a ningún lugar
Kurzgeschichteno cartas a Julián, que es lo mismo. Relatos y poemas escritos para él y enviados a ningún lugar para que nunca los lea. En este libro yace lo que fuimos, lo que nunca seremos. Acá yacen el amor, el dolor y la tinta, todo en un lento camino al olvido...