C A P Í T U L O 2 5

5.7K 292 5
                                    

N A R R A    E M

Ya iban a cumplirse las dos semanas desde que di a luz, ahora me encontraba en casa. Cuando me dieron de alta, Erick nos buscó en el hospital y nos trajo a casa.

La convivencia con Matt no está nada mal, luego del beso se propuso intentar recordar. El médico le dijo que no se esfuerce, puede que no recupere su memoria o quizás no recupere todos sus recuerdos. Por lo que sí me propuso comenzar de cero, conocernos de vuelta el uno al otro y ver cómo va la cosa.

En estos momentos me encuentro acostada mirando como mi pequeño se encuentra dormido en su cuna blanca. Desde que volví a casa hice que me traigan la cuna a la habitación principal.

La primera semana que volvimos a casa, Matt dormía en la habitación para invitados, por lo tanto solo éramos el bebé y yo. Hace apenas unos días Matt vino a nuestra habitación, no voy a negar que me emociono pues era un gran avance.

El llanto de mi pequeño me saca de mis pensamientos por lo que me recuesto para darle de mamar. Por la noche es bastante tranquilo, no suele largarse llorar, por lo que mis noches son bastante tranquilas. Se despierta a las 7 a.m. más o menos, le cambio el pañal, toma leche y se vuelve a dormir, pero yo ya me quedo despierta adelantando un par de cosas pendientes.

Liam se quedó dormido y lo recosté en la cama, le puse unas almohadas para que no se caiga y me levanté a buscar mi laptop. No estoy yendo a la empresa así que le pedí a Isa que me pase algo para que haga en casa.

Matt volvió a trabajar esta semana, va solo por las mañanas, recupero algunos recuerdos, no muchos pero al menos algo es algo. Sus amigos lo están ayudando con el tema de las reuniones.

Un golpe en la puerta me saca de mis pensamientos.

-Pase- dije mientras me acomodaba en la cama.

-Hola cariño- dijo Clara- ¡Qué ternura! Es igualito a Matt cuando era apenas un bebé- dijo besando la frente de Liam- Em me surgió un inconveniente y debo irme por unos días a casa de mi familia ¿Puedo?...

-Clara no debes de pedir permiso, tú no te preocupes yo me haré cargo de la casa. Cualquier cosa que necesites me avisas, toma- dije sacando plata de mi monedero- para que te vayas en un taxi, así llegas más rápido. Cuídate- la abracé, se despidió y se marchó, no sin antes agradecerme.

A las 11:30 a.m. Tomé al bebé en brazos y baje a la cocina para preparar el almuerzo, a Liam lo puse en el coche y me fije que podría hacer para almorzar.

Opté por unos tacos, se me antojó algo distinto. Prepare la masa y el relleno, algunas ensaladas. Estaba terminando cuando se escuchó la voz de Matt en la sala.

-Emma, ya estoy en casa- dijo gritando.

-Estamos en la cocina.

Matt se adentra en la cocina seguido por una chica de tez blanca, cabello rubio, labios grandes y estos llevan varias capas de labial rojo, pues se nota desde lejos. Su vestimenta consiste en una pollera engomada que le llega dos dedos más abajo de sus muslos y una camisa escotada.

-No sabía que tendríamos invitados- dije con una sonrisa torcida.

-Se me olvidó decirte- se encogió de hombros- hola- se acercó a mí y dejó un pequeño beso en mi mejilla el cual hubiera deseado que fuera en otro lado ya que la muy descarada sonrió cínicamente al notarlo.

-Hola, ¿quién es?- pregunté en un susurro.

-Em ella es mi asistente, Valeria. Valeria, ella es mi esposa- dijo posando su mano en mi cadera.

-Un gusto- dijo con una sonrisa falsa.

-Lo mismo digo- sonreí.

Pues sí, Blanca se jubiló hace un mes. Por lo tanto, los amigos de Matt buscaron una nueva asistente la cual por cierto no era muy de mi agrado así que ella se manejaba con los chicos.

El AcuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora