━¿Te enamoraste de mi hermana, Jamie?
━Si, canuto.
━¡No puede ser! ¡Sabía que este día llegaría desde el momento que ella te golpeó con su libro!
━¿Serás el padrino de bodas, Sirius?
━¿De veras lo preguntas?
━Claro que si.
━¿De veras, de veritas?
━...
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Capítulo seis.
│Susurros prohibidos.
El bosque que rodea el colegia de magia y hechicería de Ilvermorny es realmente peligroso, hasta incluso más que el bosque prohibido de Hogwarts.
Cómo bien se sabe, el director Dumbledore hace un recordatorio cada año a los estudiantes de Hogwarts, dando a entender lo peligroso que es. En Ilvermorny, nisiquiera es necesario recordarlo; pues los alumnos saben que en aquel bosque, habitan criaturas de las cuáles ni ellos sabían que habitaban criaturas aún no descubiertas.
Un número de Pukwudgies habita y trabaja en el colegio actualmente, su hobby favorito; quejarse. Todos ellos insisten en que no tienen ningún deseo de permanecer allí y sin embargo misteriosamente todos se mantienen presentes año tras año.
Al otro lado del bosque, no tan lejos de la ubicación de los Pukwudgies, se encontraba el trío más popular de Ilvermorny junto a los merodeadores. Por más raro que suene, el trío trataba de evitar a toda costa que los cuatro chicos se acerquen al umbral arbolado que daba inicio al bosque de los susurros.
─ ¡No entren al bosque por nada del mundo!─ Gritó la pelinegra, unos metros atrás de los cuatro chicos.
El Black mayor, cansado de los reproches del trío, paró bruscamente y giró para mirar a su hermana y a sus amigos. Acción que fue seguida por sus otros amigos.─¿Por qué tanto drama, Jane-Jane?
─ Porque hay Pukwudgies, ellos odian a los humanos y los pueden matar─.
─¿Qué hacen esas cosas en el castillo si nos pueden matar?─ Pregunto Remus, el castaño últimamente se había hecho un amigo cercano a Jane, pasaban las noches hablando de libros e historias que inventan.
─Ellos lo protegen. Es una larga historia, si quieren saberla presten atención en historia de la magia y no jodan─ Dijo Matthew haciendo un desdén con la mano─ Volvamos al castillo.
De mala gana, los cuatro chicos empiezan a caminar refunfuñando hacia los patios del colegio, sin embargo quedaron desconcertados al ver a Jannet rumbo a la arbolada frente a ellos.
─Si es peligroso ¿Por qué carajos vas hacía allí?
─Es que soy amiga de uno de ellos, James─. Si bien, era verdad que se exponían a mucho peligro estando allí, la realidad es que el trío había hecho un pacto hace un año, de nunca jamás volver a pisar la entrada del bosque de los susurros.
─¿No era que nos odiaban?
─Si, pero se cuenta qué cuándo un humano salva la vida de uno de ellos, éste está "destinado" a devolverle el favor, es una ley de su especie─, habló con una mirada curiosa. ─Una vez salvé a uno, se llama Salem.
