como en aquellas extrañas historias.

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Ramuda anotó algo en la libreta entre sus manos, asintiendo con una sonrisa satisfecha al ver que todo estaba bien en su laboratorio

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Ramuda anotó algo en la libreta entre sus manos, asintiendo con una sonrisa satisfecha al ver que todo estaba bien en su laboratorio. Justo cuando estaba a punto de irse, un frasco con un líquido púrpura captó su atención.

"Eh" haciendo una mueca, se acercó al tablillero. Tuvo que arrastrar una silla dada la altura del frasco, e incluso así tenía que ponerse de puntillas para tocar, con la punta de los dedos, los bordes del vidrio. 

Trató de estirarse más para agarrar el frasco, pero nada parecía funcionar. 

Con cada toque, el frasco se acercaba más y más al borde. Ramuda dio pequeños saltos, y la tercera vez que lo hizo, el frasco cayó.

Hizo un sonido estruendoso, rebotando entre las paredes del frío laboratorio y haciendo que Ramuda se encogiera. 

En el suelo, los rotos trozos de vidrio se dividían como piezas de un rompecabezas, dejando fluir libremente el liquido que se resguardaba en su interior.

Nervioso, Ramuda se bajó lentamente de la silla con la intención de huir. En cambio, quedó embobado con la manera en que una figura se formaba desde el liquido derramado. Cuando la transformación llegó a su fin, solo quedó aquel a quien Ramuda había convertido en prisionero.

"Jakurai..." Amemura tragó, mordiendose el labio. Por un lado, estaba angustiado como nunca.

Por otro, el alto hombre no tenía ropa alguna, mostrando sin pena alguna el formado cuerpo que se mantuvo cautivo en el frasco de cristal.

"Ramuda" dijo, con aquella voz tan profunda que siempre envió escalofríos al cuerpo del pelirosa

"Te ves bien" elogió el más pequeño con una pequeña risa nerviosa, tratando de ganar tiempo para que el rencor e ira de Jakurai no cayera sobre él

El otro ni siquiera hizo un sonido, prefiriendo observar a Ramuda con profundos ojos oscuros mientras tentáculos de colores violetas oscuros salían de su espalda lentamente, retorciéndose en diferentes direcciones pero con un claro objetivo: llegar a Amemura.

El pelirosa chilló, tropezando con sus propios pies al huir y cayendo al suelo con un ruido sordo. Desde este ángulo, Jakurai y sus tentáculos parecían mucho peores, hasta malvados si se atrevía a decir.

"P–podemos hablar de esto, Jakurai..." aseguró Ramuda, temblando al sentir el enojo en los ojos del más alto "Estoy seguro–"

Un tentáculo, harto de su palabrería, se acercó a gran velocidad a su boca y se adentró en aquellos confines, dejando salir únicamente los sonidos confundidos de Ramuda.

"Después de lo que me has hecho" murmuró Jakurai, sentándose en una silla cerca de él al mismo tiempo que los tentáculos aprisionaban las extremidades de Ramuda "¿Crees que tienes derecho a hablar, a intentar hacer un trato?"

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⏰ Última actualización: Sep 14, 2022 ⏰

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