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Sobre los nuestros.
Las decepciones las llevo en mi mente, inyectadas como alcohol o vino un ser asqueroso, uno deprimente, uno que no importa muerto o vivo. Causando revuelo en su cabeza, una conversación con su padre donde las palabras no le arden, dónde lastimar no suena a amenaza. Lágrimas se rompen como olas, las muñecas no resisten más, hemos perdido el sentido, caímos en lo fugaz, la rabia del momento, la irá letal.
Amo más a la muerte, entre otras cosas...
El sol quemando los ojos, palpita el corazón acelerado, la rutina te causa despojos, el aire se encuentra encerrado.
Apreciando la flor erguida, envidiando su natural suerte, ellos prefieren la muerte porque conocen la vida.
Entre los guisos y a su merced
"Toma nota" Decían mientras bebía alcohol en las reuniones. "Pan Comido" Entre carcajadas mientras terminaba mi buffet. Estoy entre la gastritis, obesidad y diabetes el poder del agua pura no puede conmigo dejar de comer no es una solución comer tampoco parece serlo el azúcar es demasiado dulce y la sal del mar... la sal del mar... Si tan solo pudiera tener la sal del mar me resecaría mientras veo desvanecer mis vicios mis labios se romperían mientras me congelo en el polo norte mis costas no serían cordilleras mis playas serían bonitas. ¿Pero quien le habla a mi cuerpo sobre mi? Si lo toco y no responde me ignora se esconde se va y corrompe todo dentro todo lo rompe. Ni masticando mis ganas de comer mordiéndome la lengua del sabor quedaré a un pie de estar de pie siendo el aceite del agua nutrición.
