Ese edificio abandonado y rodeado de grandes misterios que la mayoría de personas han intentado descubrir y que muchos otros les han rehuido como si del mismísimo infierno se tratara. Ha logrado que de alguna manera el turismo aumentara dentro de la zona.
Las leyendas varían, pero la que más fuerza tiene dentro de los límites del pueblo, es aquella que lleva rondando siglos tras siglo y que dio sitio, a que muchos de los pobladores llegasen a creen en ella por la presencia en aquel entonces de hechos fuera de lo común, y que es luego de dar lugar al paso a la peste negra dentro del pueblo y ver con esta se llevaba miles de vida consigo, trajo no solo tragedia sino también misterios y maldiciones, por no decir otras cosas.
Murieron miles de personas, no obstantes, una que siempre perdurará como si hubiese sido ayer, fue la precaria muerte de la abadesa que hacía vida diariamente en la abadía.
La historia es más antigua que mi tatarabuela, los que llegaron a vivir esa época, hacen referencia en cómo, eran tantas las muertas que se vivían periódicamente que algunas no eran atendidas inmediatas, por lo que, eran descubiertas a los pocos días del fallecimiento del individuo.
La abadesa no fue la excepción.
Se dice que luego de haber sido contagiada se encerró dentro de la abadía y desde ahí recibía asistencia de los más valientes que se atrevían ayudar a las personas que padecían de esta enfermedad. Sin embargo, un tiempo después las visitas de los cuidadores, dejaron de frecuentarla y de tanto en tanto los enfermeros la dejaron en el total abandono, debido al increíble número de enfermos que iba en aumento dentro del pueblo.
La leyenda explica como uno de sus acompañantes, que ella disponía, quien hacia un papel similar al de un vasallo, expresaba el estado de la reconocida, pero temible abadesa. No obstante, dada la precaria situación que se vivía con los medicamentos, el joven, tuvo que salir en búsqueda de medicamentos que garantizasen el subsistir de la doliente mujer.
No se sabe, a ciencia cierta si este fue el principio de su ultimo respiro de vida, o simplemente el caballero acabo con su vida, pues, el nunca dio retorno de su misión.
Con el pasar de las semanas y la poca información que se tenía del caso de la abadesa, los encargados de la salud del pueblo recurrieron a los aposentos en donde se hospedabas, pero lo que descubrieron los aturdió de tal manera, al descubrir como un olor insoportable e insostenible para el cuerpo humano salía por todos los orificios que disponía tal edificio.
Tal hallazgo dio como sospecha lo que más temían. La abadesa había muerto hace aproximadamente tres semanas.
Su cuerpo estaba tan descompuesto que era tan repugnante, tanto de ver como de llevar acabo la identificaban para confirmaban los resto de la mujer.
A partir de aquí vieron como a las noches siguientes del fallecimiento de tal personaje, comenzaron a suceder cosas extrañas alrededor no solo de la abadía, sino también del pueblo.
Comenzando por el pequeño pero perceptible sonido de la campana a las 2:30 de la madrugada. Los residentes del pueblo creyeron que eran cosas de indigentes invadiendo, los espacios de tal edificio, ya que, luego de la muerte de la abadesa quedo en total abandono, pues, fue en donde perduro la peste por mas semanas que cualquier otro caso, es por eso, que el que entraba lo hacía a su riesgo, ya que, el lugar no había sido desinfectado como correspondía. Por ello, mucha gente se abstenía de adentrase a estas instalaciones.
A pesar de esto, el sonido perduro por las siguientes semanas.
Los residentes de la zona agotados por el ruido que cada vez se hacía más estridente, organizaron una visita para descubrir y detener el misterio detrás del ruido, pero lo que se encontraron ahí los asusto a más no poder.
Al abrir las puertas de la abadía lo primero que les llego a ellos fue el olor fétido similar a los cuerpos en descomponían, por lo que consideraron que habían dejado algún resto de la mujer, pero por el contrario, descubrieron algo que horrorizo a los visitantes.
En sus narices estaba nuevamente le cuerpo de la abadesa en perfectas condiciones, a lado del cuerpo descompuesto y sin vida de su "vasallo".
Fue tal la impresión, que los visitantes salieron despavoridos, creyendo ver fantasma inexistente pero reales a sus propios ojos.
Llegaron al pueblo y contaron todo lo que vieron, desgraciadamente no hubo persona que les creyesen. Asustado, pero muy seguros de lo que presenciaron fueron con más personas a visitar la abadía. La sorpresa que se llevaron al entra fue que no se encontraba ningún cuerpo, ningún olor. Lo único que, hacia presencia, era el tintinar de la campaña y como esta se movía sola aumentando sus rítmicos movimientos perturbando a los indeseados visitantes.
Los pobladores que visitaron en primera instancia al lugar, insistían que ahí estaban los cuerpos, que debían creerles. No obstante, no hubo algún objeto o testimonio que hiciera verídico este acontecimiento, y al ver que nadie les dio importante, uno de ellos se aventuró ese misma noche para ingresar a la abadía. Al lograr entrar, vio como la campaña aun a altas horas de la noche seguía tintineando sin parar y como esta repentinamente dejo de moverse al segundo en que piso la plataforma que permitía el paso a la misma.
Su curiosidad era tan grande que se acercó a tocar la campaña con un sutil movimiento, lo que solo bastó para dar inicio a las más grandes de las tragedias dentro de los límites del pequeño pueblo de Hallstatt.
Muerte tras muerte el sonido de la campana avisaba como una vida sería tomada en la noche.
El pueblo asustado recorrió a mucho métodos religioso, para ver cómo ninguno funcionaba. Dados los resultados, decidieron destruir el edificio, la opción más factible al momento. A pesar de ello, algo en sus planes no funciono.
El joven aventurero que en un principio se atrevió a entrar a la abadía, atormentado y sin paz recurrió a las autoridades y relato todo lo que experimento luego de tener este sutil roce con la campaña, y como la abadesa se hizo presente después de ello, para cumplir sus deseos desasiéndose de las personas que más le estorbaran, pero a cambio, él debía ayudarla a eliminar todo aquel que quería arrebatarle ese enorme poder que adquirió tras su muerte. Debía matar a todo aquel que quisiera aplicar alguna represalia en contra sus espacios sagrados.
El joven abrumado por todo, siguió sus instrucciones, pero al llegar a cierto número de víctimas se opuso y divulgo todo con la autoridad del estado.
La autoridad incrédula, porque no había nada que lo inculpara o incriminara, decidieron apresarlo tras la suplicas del individuo. Lo que no sabían es que en esa misma noche tal acción desataría algo inusual y contundente que marcaría la historia en cuanto a supersticiones del pueblo.
El joven caballero había sido asesinado dentro de la celda, dejando una deuda saldada con la abadesa y por supuesto una nota que certificaba todo lo testificado por el muchacho en la pared de la celda con su propia sangre.
El impacto que generó esto, fue tan grande, que los residentes no volvieron a frecuentar las cercanías de la abadía. Dando origen a unas de las historias más tenebrosa del lugar austriaco.
Con el pasar del tiempo, leyendas como la de la abadesa comenzaron a olvidarse, sin generar importancia alguna. Sin embargo, lo que no sabíamos, es que esa misma noche en la madrugada, el fatídico sonido de la campana, tomaría poder luego de muchos años más tarde, para resurgir del olvido.
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Oscuros
Mistério / SuspenseDetrás de la belleza monumental de uno de los pueblos más turístico de Austria, se esconden uno de los secretos más oscuros e inimaginables. ¿Será posible descubrirlos o pasar a ser partes de ellos?