Se es de conocimiento común que actualmente los humanos son los que dominan la tierra por encima de las demás criaturas vivientes. Animales, plantas, insectos, todos perecen ante el inmenso conocimiento humano que incrementa conforme pasa el tiempo.
Pero, 14.000 años atrás, aquellos que reinaban sobre el planeta eran seres que inclusive dejaban en ridículo a los humanos como especie.
Dioses. Seres divinos que trascienden la comprensión mortal. Criaturas que podían jugar con la realidad según su deseo dictara.
Tenían un poder tal, que cualquier otra criatura que tuviera la dicha o la desgracia de verlos, podrían terminar en la muerte con tan solo el mero impacto de su aura.
Y los humanos, como únicos seres conscientes en la tierra aparte de los Dioses, sabían que no debían hacer nada para molestarlos.
Lentamente, los humanos empezaron a formar civilizaciones sobre la tierra. Civilizaciones que fueron controladas por los Dioses, que, para ese momento, aun mantenían su forma física.
Sin embargo, una luz que decoro el negro e infinito espacio cambio por completo ese hecho.
Las criaturas sobre la tierra al ver tal fenómeno pensaron que solo se trataba de una estrella fugaz, cuyo brillo eventualmente desaparecería en el vasto cielo.
Pero, entre más pasaba el tiempo, la luz de aquella estrella fugaz empezaría a aumentar, demostrando un brillo que ninguna criatura olvidaría.
El brillo que anunciaba el fin de una era.
================================================================================"¡Damas y caballeros! El día de hoy, me es un gran honor el presentar a un invitado bastante especial que es conocido a nivel mundial. Aquel que nos salvó hace 5 años de la mayor amenaza que la tierra pudo enfrentar luego de los Sayayin y de Piccolo Daimaku. Con ustedes, ¡El gran Mister Satan!"
En la sala de la casa Son resonaba el sonido de la televisión, acompañado por el golpeteo de un cuchillo en contra de una tabla de cortar. El aroma embriagador del estofado, en proceso de preparación, inundaba cada rincón de la cocina de aquella casa ubicada en las Montañas Paoz. – "Goten, apaga ese televisor y prepara la mesa" – La voz de la matriarca de los Son resonó desde la cocina con su respectivo tono autoritario, mientras seguía con sus respectivas labores culinarios.
"Pero mamaaaaa" – En respuesta, una voz infantil se quejó. El segundo hijo del salvador de la tierra, Son Goku, intento reprochar ante las ordenes de su madre.
"Sin peros jovencito, ya tengo suficiente con que lidiar teniendo que alimentar a dos estómagos Saiyajines, no me hagas detenerme e ir allí para obligarte." – Dijo, mientras aumentaba su tono de voz hacia el menor de los Son.
Con esa última orden dicha, este procedió a apagar con el televisor mientras refunfuñaba para sí mismo. Aun cuando no le gustara, sabía que cuando su madre usaba ese tono de voz era una orden absoluta.
"Ve a llamar a tu hermano Goten, avísale que ya casi estará listo el almuerzo."
"Siiiiii" – Respondió este ante las ordenes de su madre mientras recuperaba su viejo estado de ánimo. El enorme apego que tenía Goten hacia su hermano era suficiente como para hacer que sus emociones den un giro de 180° Grados.
"Dios, me sorprende como puede ser tan feliz con solo mencionar a Gohan." – Dijo para sí misma Milk mientras suspiraba cansada, pero la sonrisa que tenía en su rostro demostraba todo lo contrario. – "Ojalá Goku estuviera con nosotros para ver a Gohan y Goten crecer." – Expreso mientras miraba hacia la nada. El recuerdo de su fallecido marido le atormentaba hasta el día de hoy.
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Fate: Dragon Ball CCC
Fanfiction5 años han pasado desde que los juegos de Cell acabaron, donde el Saiyajin Son Goku murió intentando defender la tierra. El mundo ha estado en paz desde entonces, pero, una amenaza que viene desde lo profundo del espacio amenaza con destruir la tier...