Capitulo 4: Orígenes.

9 0 0
                                    

Después de subirse al coche negro junto con el agente, este mismo se presentó como el agente Julio Venegas, aunque los comandantes siempre le dicen por su apellido.–Que bueno que estén aquí, la mera verdad me gusta recibir a detectives de excelencia y más si son extranjeros, la última vez que trabaje como uno de ustedes fue hace 7 años–. Dijo Venegas.

A lo que Eduardo respondió: –¿Y que le pasó después a tu compañero después del caso?–.

–Después se fue del país para irse a Brasil pero lamentablemente me lo mataron unos mafiosos de ahi–.

Julieta y Eduardo se quedaron sorprendidos de lo que dijo Venegas, a tal punto que se quedaban mirando, después de un silencio incómodo por ese comentario, el agente quiso seguir con la plática. –¿Y ustedes de que parte de México son?.

–Yo soy originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, pero ya tenía aproximadamente 25 años que no regresaba a México–. A lo que responde Eduardo.

–¿Y usted detective Julieta?–. Pregunta Venegas mirándola por el retrovisor.

–Pues tengo raíces mexicanas por mi padre ya que el es Originario de Veracruz, realmente no sé de qué ciudad, ya no me acuerdo, y siendo sincera es la primera vez que visito este País, toda mi vida me la pasé en Estados Unidos–.

–Orales, pues no se si tengan hambre para pasar por unos tacos y después...–

–Disculpe por interrumpir agente Venegas pero a dónde nos va a llevar primero, a la escena del crimen o a ver primero el cadáver–. interrumpió Julieta con una voz un poco desesperante.

–A eso es lo que iba detective, después de comer nos íbamos directo a Polanco para que vieran la escena del crimen, ya que aún los médicos no determinan al 100% como lo mataron– responde el agente.

A lo que Eduardo dice: –Y dígame agente Venegas, usted de dónde es originario–.

–Pues realmente yo nació en un municipio del Estado de México, aunque eh vivido siempre en la Ciudad y pues ya llevo aproximadamente 20 años siendo agente de la Procuraduría de Justicia–. Dice Venegas.

Después de unos 20 minutos, pasaron por un puesto de tacos para quitar al menos el hambre y seguir con su trabajo.

Los demonios al ataqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora