9 de Agosto

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Hoy empezaba mi primer día del tercer semestre en la preparatoria CECyTE. Siendo sincero me siento más cómodo en esta preparatoria que en mi antiguo colegio en el cual estuve desde preescolar hasta último año de secundaria, no digo que sea una mala escuela, es solo que veíamos demasiados temas de religión y el cómo se prohibía el amor entre personas del mismo sexo. Por suerte cuando acabe el último año de secundaria logre convencer a mis padres de estudiar en una escuela diferente diciéndoles que había una carrera técnica que me gustaba mucho, la cual es electrónica. Obviamente no solo quise cambiarme por eso, sino porque en mi antiguo colegio no me gustaba demasiado su manera de ver a las personas de diferentes preferencias

Mi amiga Ale al enterarse que iba a cambiarme de escuela no lo pensó dos veces, ella también quiso cambiarse, y por obra del destino también la dejaron ir a la misma preparatoria que yo y en la misma área de especialidad. No me cansare de decir que la quiero demasiado.

Volviendo al tema de la preparatoria, no había mucha novedad ese primer día, siempre saludaba a mis compañeros de clase, a mis maestros y obviamente a Alejandra. Pero mientras transcurrían las clases, llego el prefecto de la escuela a avisarnos que este semestre tendríamos a un estudiante nuevo que vino de intercambio. La verdad me saque de onda porque no era muy común que alguien llegara de intercambio a mi escuela, de hecho, me atrevo a decir que es el primero que llega de intercambio.

Y ahí estaba él, un chico de cabello castaño oscuro, alto, delgado (aunque con un cuerpo bien trabajado), de ojos café oscuros, tez morena clara y algo serio. La maestra de electrónica lo hizo pasar y presentarse ante toda la clase. -Hola, me llamo Kai, tengo 17 años, y vine de intercambio porque en mi otra escuela me ofrecieron esta oportunidad y la acepté para poder vivir nuevas experiencias. - dijo con voz ronca.

Inmediatamente quede hipnotizado ante su imagen tan seria y sobre todo por su voz que me encanto. Mi amiga Ale obviamente lo noto, yo creo que fue porque no dejaba de mirar a Kai ni un segundo sin parpadear, así que me dio un zape para sacarme del trance; aunque me dolió ese golpe lo agradecí internamente, porque no sé qué hubiera pasado si Kai me hubiera cachado viéndolo como todo un acosador la verdad.

Así es como empecé mi primer día de clases, mejor de lo que esperaba... aunque no me imaginaria que lo que sucedería después sería aun más emocionante que esto. 

Una Llegada InesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora