-Capítulo dos- Thalia

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14 de Septiembre

-¡Baja la puta música Aaron!- Le grité a mi hermano por enésima vez.- ¡Que la bajes ya joder!- Cerré el libro de golpe y me levanté de la cama cabreada en dirección a su habitación. -¡¿Pero tú estás sordo o qué?!

-¿Por qué eres tan pesada?- Suspiró mi hermano mientras seguía jugando al FIFA.

-¿Y tú porqué no bajas la música?- Me puse delante de él para que no pudiera jugar. Él se movió para los lados intentado ver.

Quitate del medio! ¡Me van a meter un gol por tu culpa!- Me gritó a la vez que se levanta y se pone en frente de mi, me apartó con la mano pero yo le cojí el mando de la televisión y se la apagué.-¡¿Pero cómo eres tan gilipollas?!- Me empujó contra la pared y eso hizo que perdiese el equilibrio y me cayera.

Te he dicho que la bajases y no me has hecho ni puto caso!- Me levanté rapidamente y le encaré. -¡Estoy harta de tus putas mierdas!- Le grité y le apagué los altavoces.

Mi hermano se estaba controlando. A pesar de ser sólo un año menor que yo hay muchas diferencias entre nosotros, él es mucho más alto y fuerte, ya no es lo mismo pelear ahora que cuando eramos pequeños. Me reí en su cara porque sabía que le estaba jodiendo.

-¡Thalia y Aaron bajad!- Chilló mi padre desde el salón. Mi hermano y yo nos miramos con cara de miedo, ninguno dió ningún paso.

-Yo no he hecho nada ¿y tú?- Preguntó mi hermano a lo que yo le respondí con un no de cabeza.

Los dos bajamos las escaleras lentamente y en silencio, normalmente cuando mi padre nos llama a los dos es que hemos hecho algo malo como suspender alguna asignatura, romper cosas, o incluso cogerle el coche a escondidas. Entramos en el salón y vimos a nuestros padres sentados en el sofá hablando con un chico.

Giré mi cabeza para mirar a mi hermano a lo que el me respondió encogiendo los hombros, ninguno sabía quién era.

-Ah, ya estáis aquí.- Nos miró nuestro padre y nos dedicó una sonrisa mientras que nosotros observabamos al desconocido con confusión.-Este es mi hijo Aaron y mi hija Thalia.- Nos señaló a los dos y el chico asintió.

-Él es Shane es americano.- Presentó mi madre mirando al chico el cuál se levantó y nos saludó a los dos mostrando una cálida sonrisa acompañada de un apretón de manos.

-Hola soy Aaron.- Le saludó mi hermano respondiendo a su apretón.

-Yo Thalia.- Le estiré la mano para saludarle y me la aceptó.-¿De dónde eres Shane?- Le pregunté con curiosidad.

-Soy de Virginia exactamente de Richmond.- Me contestó dandose la vuelta.-Si no os importa ¿me puedo duchar?- Mi madre asintió y le hizo una mueca a mi hermano para que le acompañase al baño.

Cuando salieron del salón me senté en el sofá para quedarme hablando con mis padres sobre Shane ya que me tenían que explicar como van a hacer para las clases, en resumen, iba a ir conmigo a las clases porque era de mi misma edad y mi hermano estaría con él al acabar las clases. Así durante un año y medio.

Nuestra familia lleva acogiendo a estudiantes de otros países desde hace siete años, es decir, desde que tengo diez años.

Tengo que reconocer que al principio no me gustaba pero una se acaba acostumbrando a estas cosas, lo único malo es que apenas tienes intimidad y tienes que familiarizarte con ellos.

Una vez se quedaron dos rusas en nuestra casa, no sabían apenas inglés y para cenar hablaban ruso entre ellas y no se comunicaban con ninguno de la familia. Eso si que era incómodo, ya que hacían muecas mientras hablaban y aunque les preguntasemos algo nos respondían con monosílabos. Me parecieron unas maleducadas, sobre todo porque eran muy bordes con nuestros padres, menos mal que sólo se quedaron una semana.

Después de un largo tiempo hablando con mis padres subí a organizar la mochila ya que al día siguiente era el primer día de clases. Encendí mi portátil para ver vídeos en Youtube, mientras que ponía Black Widow de Rita Ora y Iggy Azalea, Shane entró en mi habitación con sólo una toalla atada a la cintura.

-¿Pero qué haces?- Le dije a Shane cuando estaba a punto de quitarse la toalla, él levantó la cabeza y me miró con una cara confusa.

-¿Qué haces en mi cuarto?- Me respondió inmediatamente.

-¿Tu cuarto? Pero si es fucsia.- Él se giró para observar mi habitación y yo aproveche para  mirar su espalda, estaba musculada y tonificada aunque sus brazos también lo estaban,  pero lo que más me llamó la atención fueron sus tatuajes.

-¿Te gusta mi espalda?- Se dió la vuelta y me pilló mirándolo con cara embobada. Él se empezó a reir y le tiré un cojín a la cabeza aunque él lo esquivó.

-Ímbecil.- Le dije en broma mientras me reía, esperé a que Shane saliese pero no lo hizo.-¿Quieres algo?- Le pregunté.

-Me gustan tus tatuajes.- Me respondió señalandome el brazo izquierdo.

-Gracias, supongo.- Le contesté sonriendole.-¿Qué significa la brújula?- Le dije observando su tatuaje en el antebrazo izquierdo.

-Digamos que yo soy el dueño de mi propio destino.- rió.- Bueno, ¿dónde se supone que está mi habitación?- Me levanté y salí de mi cuarto, él me siguió y le señalé la puerta de la derecha.

Entró dentro y yo volví a la mía, me sente otra vez sobre mi cama con la canción de American Oxygen de fondo y preparé la ropa para el día siguiente.

15 de septiembre

Sonó el despertador a las 7.30 y me levanté de la cama, entré en el baño y me duche, después de quince minutos en el baño salí preparada y baje a la cocina para desayunar.

Mis padres no estaban ya que mi padre trabajaba y mi madre fue a llevar la matrícula de Shane.

-Buenos días.- Dijo mi hermano al entrar en la cocina.

-Lo mismo digo.-  Shane entró y se sentó a mi lado, se echó un café y cojió unas galletas Oreo.-¿A qué hora nos vamos?

-Dentro de diez minutos así que date prisa.-Recogí mi taza de café y salí de la cocina para terminar de prepararme.

Al cabo de diez minutos bajé las escaleras con la mochila ya puesta sobre los hombros y Shane se encontraba esperandome junto a mi hermano. Salimos de casa y entramos en mi coche, un mini azul, mi hermano y Shane decidieron sentarse atrás para hablar todo el camino mientras que yo conducía. Tras quince minutos de viaje llegamos al instituto. Aparqué el coche en una plaza del campus y nos bajamos, mi hermano fue el primero en salir, ya que su clase estaba en la otra punta del campus.

-¿Es este el instituto?- Preguntó él boquiabierto.-Me lo esperaba de otra forma, no sé... mucho más pequeño y viejo supongo.

-Vaya, que no seamos ricos y no vayamos a un instituto privado no significa que deba ser una mierda.- Le contesté enfadada por su comentario.

-No me referia a eso es que es muy diferente al mío, en el mío cada alumno tiene su propia plaza de aparcamiento y está rodeado de una valla metálica.- Recogió su mochila del asiento de atrás y se puso a mi lado. Comenzamos a andar hacía la entrada mientrás que discutiamos las diferencias de su instituto.

-¡Thalia!- Me dí media vuelta para ver quién me llamaba y vi a Leyla caminar hacía mi con una sonrisa en la cara.-Te tengo que contar una cosa de la que me he enterado y no podemos faltar porque... ¡ah! hola.- Se quedó mirando a Shane con sorpresa.

-Es Shane vinó ayer, Shane ella es Leyla.- Los presenté y Leyla empezó a a reir y a tocarse el pelo seductivamente mientrás que él le dedicaba una sonrisa forzada. No era la primera vez que Leyla se acostaba con un chico de intercambio que estaba en mi casa así que decidí interrumpir.

-¿Qué se suponía que me ibas a decir?- Shane me miró aliviado y me hizo un gesto afirmativo con la cabeza mientrás que yo me encojí de hombros y me reí por la situación.

-¿El qué? ah sí.- Volteó su cabeza hacía mi de nuevo y abrió mucho los ojos al mismo tiempo que me lanzaba una sonrisa malévola.- Este sabado, fiesta.

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