Su única dirección era el bosque de los árboles gigantes, el entorno perfecto para defenderse de los titanes, sí. Con el Equipo de Maniobras Tridimensional a mano, todo resultaría mucho menos complejo. Cogió los "mandos" de aquel artefacto y pulsó los botones, dos a cada lado. Unos en el control de la izquierda y otros en el de la derecha. Cables salieron disparados de él y, como si de agujas se tratasen, se engancharon en el árbol más cercano. A continuación, pulsó dos clavijas, que más bien parecían una continuación de los botones. Al hacerlo, un gas empezó a emanar de la parte trasera del equipo, haciendo que el joven capitán se elevara en el aire, dejando atrás su caballo y con ello, todo lo demás. «Agh, ansiada libertad.»
Lo cierto es que pasaron varios minutos hasta que otro soldado apareció para informar. Levi por aquel entonces se encontraba acompañado por dos chicos y una chica. Los tres aparentaban tener la misma edad, rondarían por los 18 años, poco más.
-La operación sigue en marcha. - Se giró para poder observar a la chica. Le recordaba demasiado a otra persona. Respiró profundamente y entrecerró un poco los ojos. -Ve tú. -Dicho esto, el joven hizo un leve movimiento de cabeza, para indicar que ella se fuera.
El viento ondeaba tan fuerte su capa, que llegaba a hacer ruido. Aquella responsabilidad, aquel valor y fuerza de voluntad para portar las alas de la libertad sobre la espalda, pocos la tenían. Y pocos habían sobrevivido hasta ahora para contarlo, Levi era uno de esos pocos.
Todo iba bien, con suerte ya no tendrían ninguna baja más. Algunos titanes aparecieron y Levi los derrotó con facilidad, cortando con los sables en sus nucas. No había dejado que sus acompañantes tomaran riendas en el asunto. Lo había hecho todo él y, había sido demasiado fácil. «Demasiado fácil.»
Un agudo sonido inundó todo el lugar. Aquello era tan molesto que, consiguió ensordecer a todos los presentes, haciendo que perdieran el control de su equipo durante unos cortos segundos. -¿Pero qué demonios...?- Al segundo, una marea de titanes rodeó el lugar y el capitán, no tuvo más remedio que disparar una bengala roja. Los titanes eran demasiados, pronto no tendrían manera de escapar y, para su desgracia, se podrían quedar sin combustible en cualquier momento. Aquello lo notó cuando empezó a perder velocidad. «¡Se acabó!» Cambió la dirección de la hoja de su sable derecho, colocando el dedo meñique y el anular en la empuñadura de la espada, para colocar el dedo corazón e índice en la parte posterior de ésta. Finalmente, sujetaba el arma como si se tratase de un puñal. Entonces, presionó los botones para que el gas saliera del metálico equipo. Con esta serie de movimientos, consiguió impulsarse con el gas y girar, cortando la carne de una forma casi perfecta. «¡Muérete, bastardo!»
Pero para sorpresa para todos, había fallado. Uno de los jóvenes con los que había estado compartiendo la misión, le había empujado, dando una fuerte patada en su estómago. Esto produjo que el soldado cayera torpemente al vacío, pero antes de nada, consiguió activar el equipo y engancharse a un árbol, quedando colgado de él. -¡¿Qué demonios haces?! -
Bajo la capucha del cadete se escondía una melena corta y rubia. El viento había dejando el rostro del chico al descubierto. Era un cadete de la promoción 104, como Eren y los otros.
En un abrir y cerrar de ojos, un resplandor iluminó todo el bosque, acompañado de una enorme columna de vapor y humo. «Os mataré a todos.» El paso de hombre a titán, le hizo recordar lo pasado de aquel bosque, con el titán hembra y las muertes de sus compañeros de equipo, lo que le hizo enfurecerse todavía más.
Fue directamente hasta su nuca, pero había olvidado por completo el detalle de que estaban rodeados por titanes y, uno alcanzó a arrancarle media pierna. Ahora la articulación le llegaba hasta la rodilla, el resto solo era sangre y huesos.
Con aquel despiste, había perdido ya a uno de sus hombres y una extremidad. Permanecía tirado en el suelo, arrastrándose con los codos. Llegó a hacer tanta fuerza que estos empezaron a sangrar por ello.
El traidor había desaparecido, todos habían desaparecido. ¿Acaso aquello era una trampa? ¿Había hecho aquel viaje solo para morir?
-No...Yo no soy como ellos...¡¿Me oyes?! - Apoyó ambas manos sobre la fría hierba, teñida de un color carmesí que recorría todas las partes por las que se había arrastrado.
Consiguió darse la vuelta y quedar bocarriba, para después intentar levantar y verse nuevamente rodeado por los gigantes. Alzó la vista y observó el cielo. Estaba muy bonito en aquella época del año, se podía ver que estaba completamente despejado. «Me niego a morir por nada.» Intentó activar el equipo de maniobras, obteniendo a cambio, una horrible oscuridad y desesperación que invadió todo su cuerpo.
«¿Acaso esto es morir...? Me parece que sí.»
ESTÁS LEYENDO
{One-shot} ¿Acaso estoy muerto? {Shingeki no Kiojin}
AdventureUn agudo sonido inundó todo el lugar. Aquello era tan molesto que, consiguió ensordecer a todos los presentes, haciendo que perdieran el control de su equipo durante unos cortos segundos.Al segundo, una marea de titanes rodeó el lugar y el capitán...