Momentos antes de la tragedia

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­­Y ahí estaba yo, sentada atrás del salón comiendo el almuerzo que quemé accidentalmente en la mañana. Me había levantado tarde, y trabajar bajo presión no es mi fuerte. Esto no pasaría si comprara comida en la cafetería, como Dan. Aunque mis padres me depositan lo suficiente para sobrevivir, no quiero tener gastos extra. Puede que no sea una hija muy cercana, pero tampoco soy una derrochadora. Suspiré. Ya se estaba tardando mucho, tal vez estaba con Candy. Esa chica está en otra clase, pero siempre se las arregla para pasar tiempo con Dan. Mentiría si dijera que no estoy celosa. Así es, caí en el cliché y para mi desgracia acabé enamorándome de mi mejor amigo.

Todo inició cuando comenzamos la preparatoria, hace un mes. Lo vi entrar, un chico de cabello negro y suave y... No, la verdad no. No destaca mucho, y objetivamente hay otros más atractivos, pero a mí me gusta y es lo importante. Aunque prefiero mantener la distancia con todos porque bueno, los odio, tomé el impulso y me acerqué a hablarle (su asiento no estaba muy lejos del mío por suerte) y solo bastó un breve intercambio de gustos para que nos hiciéramos amigos. ¿Decirle que me gusta? Ojalá pudiera, aunque odio admitirlo, me da miedo. Lo haré, no este mes, ni el siguiente... Pero será algún día, igual ¿Qué es lo peor que podría pasar?

 - ¡Ale! – un sonriente Dan se acercaba con aquella chica ¿¡La está tomando de la mano?! -  ¿Recuerdas a Candy no?

- Como olvidarla, desde hace dos semanas siempre hace tiempo para ir al salón a verte... Y al receso... Y en la salida – sonreí tratando de no sonar desagradable, tal vez sea mi imaginación – Ah, y por mensaje de texto – la chica, lejos de notar mi cara, sonreía viendo a Dan y trataba de ocultar su sonrojo – Vaya, si que eres bonita – se me salió decir.

- ¿Te parece que soy bonita? ¡Muchas gracias! Dan me ha hablado mucho de ti, espero que nos llevemos bien ya que pasaremos más tiempo juntas.

- ¿Te unirás a nosotros? – pregunté aliviada tal vez por el motivo incorrecto.

- Y no solo eso, ¡Ale, ella a partir de ahora es mi novia!

Sentí que el alma abandonaba mi cuerpo, aunque trataba de hablar las palabras no salían. Para mi suerte, no hubo lagrimas y también tengo la habilidad de esconder bajo una cara de poker todo sentimiento que no quiero se note... Tal vez por eso Dan no sabe que me gusta, y tal vez por eso es que llegó alguien más.

Tengo dos opciones, o me dedico a hacerle la vida imposible a esta chica y hago que rompan, o me hago su amiga y se lo arrebato por las sombras... Que asco, no soy tan inmadura. Lo que pasó fue mi culpa y tengo que hacerme responsable de mis acciones o cualquier cosa que sea moralmente aceptable para mis estándares.

- Genial, creí que morirías solo...– bromee – Bienvenida Candy, espero que nos llevemos bien – le tendí la mano, viéndola a los ojos. No, no parecía tener intenciones ocultas para conmigo.

Me sobresalté cuando, en lugar de devolverme el saludo me atrajo hacia ella y me abrazó fuertemente. ¿Una amenaza en susurro como las villanas que fingen ser buenas en las películas? No, nada. Solo amabilidad, si hubiera una villana esa sería yo por los pensamientos tan horribles de hace un momento.

- ¡Vaya Candy, hueles a galletas! – noté luegode unos instantes .

¿Y si le saco provecho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora