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Taliana.

-¡Mamá! ¡¿Porque no me despertaste?! -grito mientras doy un salto fuera de la cama.

Mi teléfono sonaba con la canción fantasías, se supone que era la alarma y me despertaría con la canción. Pero eso no fue lo que hizo.

Corro en dirección a mi closet, saco el uniforme y me lo pongo de rapidez. Me bañé ayer en la noche no había tanta necesidad de bañarme ahora.

-¡Pensé que estabas despierta! -me gritó de vuelta. -Tu supuesta alarma lleva sonando media hora.

Bufé.

-¡Y ya me aprendí la canción! -grito papá.

-Yo ya me la sabía. -le hace burla mamá.

Y escucho su pelea mientras me cambio, luego los escucho cantar la canción e incluso la canto también a todo pulmón como ellos.

-¡Y GOZAMO', BEBIMO', FUMAMO'
BAILAMO' TOA LA NOCHE Y EN CASA TERMINAMO'. -canto siguiendo a mis papás.

-TODAVÍA NO SÉ CÓMO SE LLAMA Y TAMPOCO SÉ CÓMO TERMINAMO' EN MI CAMA. -canto yo sola.

-PERO TUVIMOS QUÍMICA. -canta mamá.

-OH-OH. -le sigue papá.

Apagó la canción del celular.

-No solo es una impuntual sino también una aguafiestas. -escuché decir a papá.

-¡Te escuché papá!

Cuando por fin termine de arreglarme, cogí mi mochila, y salí corriendo de mi cuarto. Camino por el pasillo, en el comedor está papá leyendo un periódico y mamá sirviendole el desayuno. Paso de largo.

-¡Adiós!

-¡Adiós! ¡Cuidado! -me gritaron de vuelta.

Corrí, corrí como nunca en mi vida había corrido. Llegué a la secundaria, gracias al señor que el portero no estaba en su puesto. Pase los salones sin que me notaron, visualice a mis amigos en varios de ellos, sus cabezas estaban pegadas en sus pupitres, seguramente durmiendo.

Oh. Oh.

¿En serio no me podía encontrar a nadie más sino al mismísimo rector?

-Llega tarde señorita Mejía.

Lloro, bueno casi lo hago. Pasar pena no es una de mis cualidades, es más la de Dean o la de mis papás, y aún peor si hay estudiantes nuevos por lo que veo, acompañando al rector.

-Si señor discul..

-No se disculpe, me ahorra una caminata. Usted le mostrará el establecimiento a los nuevos estudiantes.

Mejor no protestaba, prefiero caminar rondado todo el colegio que entrar a la estúpida clase. Posé mi vista en los chicos que estaban atrás de él.

-Si me disculpan tengo cosas que hacer -si claro, seguramente ir a engañar a su esposa. No mentira no me crean. -La señorita Mejía les mostrará el establecimiento. Con permiso.

Y se marchó.

-¿Tienen hambre? -pregunte entusiasmada porque la verdad tenía hambre y amaba la cafetería del instituto.

-Demasiada. -me responde un chico que también parece que se acaba de levantar.

Lo detallo, sus ojos están hinchados pero alcanzo a ver sus pupilas negras envueltas por un azul muy bonito y su cabello desordenado que es una mezcla de negro y rubio.

Guerra De Miradas |EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora