Capítulo 3: Bienvenida.

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-Nos acercamos al cuartel –dijo el agente serio, ha sido un viaje tranquilo dentro de lo que cabe y largo, bastante largo, pero bueno, por fin llegamos, a ver si acabo pronto todo este trabajo y puedo volver a mi casa. Me parece increíble decirlo pero hasta echo de menos a Darcy.

-Bueno Scotty ¿háblanos de ti?

-Como si no lo supierais ya todo.

-Habrá cosas que no sepamos.

-Y que no te pienso contar Risitas.

-Venga ya Scotty vamos a ser compañeros durante Dios sabe cuánto, tiene que haber confianza.

-Te diré que no tenemos la suficiente confianza como para que me llames Scotty, así que no me vuelvas a llamar nunca así.

-Y cuando haya confianza ¿podré llamarte Scotty?

-No.

-Eres muy difícil.

-Ni te lo imaginas.

-Anda Smith avisa al director para que nos espere –dijo con desesperación el agente risitas. Reconozco que desesperarlo me produce un gran placer.

-Ya lo he hecho, en cuanto aparquemos tenemos que presentarnos directamente en su despacho.

A los pocos minutos entramos en el garaje de esta organización que en realidad puede ser el más común de los garajes.

-Señor Johnson es por aquí, por este ascensor.

-Para ser la CIA no sois muy innovadores.

-¿Y qué te esperabas?

-Tecnología avanzada por todas partes, hasta en este ascensor.

-Esto no es como en las películas amigo.

-No será como en las películas, pero seguro que si tenéis todo lo que he dicho, aunque sea escondido, y por cierto, no me llames amigo, no lo somos y no creo que lleguemos a serlo nunca.

-Amigos o no, somos compañeros, tendrás que aceptarlo lo antes posible.

-Si ya lo sé, ya lo sé, no me lo recuerdes.

Salimos del ascensor en no sé qué planta y me conducen hacia la oficina del Director de la CIA.

-¿Se puede?

-Sí, pasen, pasen.

-Director Stone, le presente a Scott Johnson, mercenario. Scott Johnson, Ryan Stone, Director de la CIA.

-Encantado de conocerle Señor Johnson.

-Lo mismo digo –dije secamente.

-Bueno chicos os felicito, habéis conseguido reclutarle con tiempo de sobra, el Presidente estará contento.

-Oiga, oiga, yo no soy un trofeo que se haya ganado.

-Con lo que nos ha costado convencerte, es como si lo fueras mercenario.

-Controla esa lengua agente, no sea que te la corte.

-Basta ya señores, discúlpeme si le he ofendido por mi manera de expresarme Scott, pero no peleemos.

-Disculpado.

-Voy a llamar al presidente para que esté enterado de una vez de que su plan está en marcha y dé el visto bueno para empezarlo.

Ryan Stone, o por lo menos creo que así se llama el director este, me cae bien, va al grano, tiene porte, incluso impone y al igual que yo, quiere que este absurdo plan acabe de una vez. Mientras intenta contactar con el Presidente, observo a los dos agentes, que pena me dan, son dos perritos falderos del gobierno, mientras que yo soy libre, o por lo menos lo era ¿tan bajo he caído? No, seguro que todavía puedo caer más.

-Director Stone, buenas tardes, veo que ha cumplido lo que le pedí, nunca he dudado de usted.

-Señor Presidente, le presento a Scott Johnson y estos dos agentes son Roger Smith y John Brown, los que le acompañaran en las misiones.

-Encantado de conocerles agentes y sobre todo a usted Scott, eres fundamental para triunfar en esta empresa.

-A usted Señor Presidente ya le conozco.

-¿Ah sí?

-Si, por supuesto que sí, hace diez años, los marines estábamos en Irán y usted apareció en video llamada justo como ahora, dándonos un súper discurso, animándonos y apoyándonos, y diciéndonos que pronto llegarían refuerzos, porque ¿Qué casualidad? Que nos habían mandado a hacer prácticas y maniobras de entrenamiento en una supuesta zona de paz, cuando minutos después de su gran discurso motivador todo se convirtió en una zona de guerra, el ataque nos pilló por sorpresa y fue una matanza, mi equipo murió y solo yo sobreviví, ¿y sabes lo que más me gustó? Que los refuerzos que nos iba a mandar nuestro querido presidente, nunca llegaron, de inmediato supe dos cosas: La primera es que nunca debí confiar en usted, y la segunda, que no quería servir a mi país mientras usted siguiera gobernando. Y he cumplido las dos cosas, en cuanto volví al continente me fui del ejército, pero que casualidad que el destino me haya vuelto a reunir con usted, pero quiero que sepa una cosa, que esto lo hago solo por el mundo y porque estos dos pesados no paraban de insistirme en que yo era el único apto para esta misión, no porque usted lo haya ordenado.

-Bueno...

-Y otra cosa más.

-Diga.

-Yo no soy el protagonista aquí, yo no soy el único fundamental, estos dos peleles aquí presentes también son fundamentales porque si no, no habría ordenado que vinieran conmigo dos agentes más.

-Tienes razón.

-Y ahora denos luz verde para empezar y hacer el trabajo sucio del Consejo Mundial.

-¡Señor Johnson!

-¿Si director?

-¡Usted no tiene derecho a hablar así al Presidente, ni usted ni nadie!

-Tengo mis motivos.

-Déjelo estar Stone, todos tenemos derecho a hablar y Scott ha usado su derecho y ahora dejemos de perder el tiempo, os doy luz verde para empezar la Iniciativa 19, tienen todos los detalles de los objetivos en el documento y los recursos se los proporcionareis vosotros, ruego que me disculpen, pero tengo más asuntos que atender, me alegro de haberos conocido a todos, hasta otro momento.

-Que educado, como huye.

-Scott ya has dicho suficiente.

-Y no me voy a disculpar por ello, en fin, ¿empezamos?

-Sí, empecemos, señores, el objetivo número 1 se hace llamar "La voz del pueblo" y hemos triangulado su ubicación en alguna ciudad del estado de Illinois, en el documento tenéis más detalles. Un jet privado os está esperando en el aeropuerto, prácticamente será vuestro nuevo hogar, así que cuidarlo bien. Cuando estéis listos y hayáis leído el informe coged el coche y dirigíos al aeropuerto. Nada más que decir, buena suerte chicos, avisadme en lo que pueda ayudaros.

-Gracias Director, lo haremos lo mejor posible.

-No lo dudo agentes.

-Adiós –dije yo con un rencor un dolor en el cuerpo que no sentían desde ese momento que he recordado, pero dispuesto a hacer todas las misiones lo mejor posible con estos agentes ¿podré considerarlos mis amigos alguna vez? Seguro que no.

PAUSADA El mercenario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora