"Sí, Sukkie, Dios, eres tan bueno. Tu boquita parece estar hecha para mi polla, ¿No te parece una señal del destino? Es como si te hubieran hecho en un molde perfectamente para mí, de solo pensar que en un futuro podría pasarla follando tu boca me pone muy feliz, continua, no seas tímido, ¿Quieres que te de comer, verdad? ¿Mi bebé Suk quiere que lo alimente? Pues relaja tu garganta bonito, y recíbelo todo, no desperdicies nada"
¡Dios!
Esas palabras me calientan de tan solo recordarlo, tiene una manera tan encantadora de pedir las cosas que me es imposible resistirme a hacer lo que me pide.
Y me gusta servirle.
Es como si perdiera mi voluntad con él pero ahora no me importa, es tan lindo, tan amable, tan cariñoso conmigo.
Necesito más de él, quiero tener todo lo que pueda ofrecerme.
Y creo que hoy por fin lo obtendré, ahora me pidió el pago por adelantado.
"Bonito, como fuiste tan bueno te diré desde ahora mi petición para que vayas pensando si quieres hacerlo, quiero que busques la forma de que pasemos la noche juntos, quiero dormir acurrucadito contigo, ¿Sí, bebé?"
Fue difícil convencer al personal de que me dejen hacerlo pero aceptaron pensando que estaba sacando mucha información.
Me han preguntado acerca de todo pero me he negado a hablar, les dije que cuando estuviera completo mi reporte se los daría y accedieron de mala gana.
Aun así confían en mí.
No deberían, pero lo agradezco.
Así es como terminé en la sala de espera nuevamente, el plan inicial era que me dejaran pasar la noche en su celda pero por motivos de seguridad con los demás reos permitieron que me quedara en la habitación de siempre y la compartiré con él.
Mi emoción por dentro es bastante, podría estar brincando de felicidad sino fuera porque hay guardias presentes.
Nos custodiaran obviamente pero por fuera de la habitación, incluso me hicieron firmar una responsiva donde deslindaba a la cárcel si algo me llegara a pasar, que todo lo estaba haciendo yo solo y que conocía los riesgos.
Y claro que los conozco pero Jihoon nunca me lastimaría.
La habitación tiene un par de colchonetas sumamente delgadas en el suelo y dos mantas, me basta con eso.
─Vaya, viniste ─dicen detrás de mí y no debo voltear para saber de quién se trata─ muy bien Sukkie, muy bien.
Doy la vuelta encontrándome con los guardias, comprendieron la señal y salieron del cuarto, esta debe ser la peor prisión de máxima seguridad de todas.
Es humillante lo que la gente está dispuesta a hacer por información.
Una vez más no tuvo que pedírmelo cuando ya estaba quitándole las esposas, al terminar me tomó de la cintura y se acercó metiéndome la lengua en la boca.
Está desesperado, lo hace saber con los jadeos que suelta cuando pone más presión en su agarre.
Comienza a caminar hasta que choqué con la pared, toma mis manos y las eleva pegándolas también dejándome completamente inmóvil mientras me besa.
─Mi Sukkie es un niño muy bueno ─susurra pero no deja de esparcir besos por mi barbilla y alrededor de mis labios─ ¿También quieres dormir conmigo, verdad?
─Sí, sí quiero ─afirmo sonriendo.
Siento como se oculta en el espacio de mi cuello y comienza a besar todas las áreas que ya han sido marcadas.
Su lengua juega con mi piel a su voluntad mientras me mantiene a su merced contra la pared.
─Siento haberme corrido en tu boca, bonito, creí que te habías enojado conmigo─ dice llevándome al colchón y se encima en mí repartiendo más besos por doquier.
─No me, ah, no me enojé ─hago saber llevando mis manos a su espalda acariciándolo.
─¿No? ¿Te gustó que follara tu boca? ─cuestiona escurriendo sus manos debajo de mi camisa─ ¿A mi bebé le gustó su comida?
─Sí.
Comienza a reír y para sus movimientos sin levantarse de mí cuerpo, escucho sus carcajadas que antes me provocaban miedo pero ahora encuentro tan encantadoras.
─Mañana, quiero que vuelvas en la noche ─ordena quitándome la camisa lentamente─ ¿Podrías hacerlo por mí?
─Haría lo que sea por ti ─aseguro mordiendo mi labio inferior cuando noto que me mira mojando sus labios con su lengua.
Se acerca de nuevo y lleva sus labios a mi oído dando un beso antes de susurrar.
─¿Lo que sea? ─pregunta con voz ronca.
─Sí, lo que sea.
─Ja, ese es mi Sukkie, tan bonito y obediente ─halaga dejando sus besos desde la parte trasera de mi oído hasta mi cuello─ Pregúntame, bebé, quiero complacer a mi pequeño.
─Tú ─comienzo inseguro de mi pregunta─ tú, ¿Me quieres?
Deja escapar otra risa antes de meter su lengua en mi boca una vez más.
Sé que esta es la manera de demostrarme que le importo, sus besos son como un castigo que no me deja respirar.
Y me encanta.
─Bebé, te quiero tanto, que confiaría mi vida en ti si melo pidieras, mataría a quien sea que telastime, perseguiría a los que te hacen daño y torturaría de una manera tancruel y despiadada a quien sea que quiera alejarte de mí, así seas tú quienquiera mantenerse alejado, corazón.
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