Capítulo 2.

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Lo más horrible de la vida son los hospitales si ellos quieren pueden matarte.

- Adal!. - Una voz media chillona inundó la habitación.

Mi hermano, Eric, había entrado y me abrazaba con mucha fuerza. Sonreí mucho y lo abrace más fuerte aún.

- Me estás matando...! - Grito el niño cuando sentía que se asfixiaba. Una vez que lo solté, sonrió. - Estás bien?. Papá te hizo algo?.

Negué con la cabeza, el niño de solo 10 años me miraba intrigado y curioso, me veía de arriba hacia abajo, sus pequeños ojos marrones examinaban cada parte de mi cuerpo. Me quedé mirándolo atentamente.

- No puedes hablar?. - Pregunto finalmente. Asentí.

El niño me miraba atónito y, en sus pequeños ojos, se veían lágrimas que iban a salir. Me sorprendí y entre en pánico, no sabía cómo debía calmarlo hasta que mire la libreta y empecé a escribir apresurada.

/No llores!./ Eric me miraba con algunas lágrimas cayendo de sus ojos.

- Adal... - Seco sus ojos con un pañuelo que saco de su campera. - Vas a recuperar tu voz?.

Asentí como respuesta. / Esto solo será temporal. Voy a poder a hablarte luego de recuperarme./

- Está bien. - Parecía algo inseguro. - Hay otra noticia que debo decirte!.

/ Es una buena o una mala?. / Me daba miedo saber otra cosa aparte de lo que había ocurrido.

- Puede ser ambas. - Respondió. - La primera es que... La tía me echo de su casa...

Me alarmé enormemente. / Por qué lo hizo?!. No tiene cerebro!?./ Sabía que pasaría pero no tan pronto. Mi tía, Carolina, no era la mejor cuidando niños, especialmente, si eran ajenos. A pesar de que le prometió a mi padre que iba a cuidar a Eric como suyo, parece que llegó a impacientarse. Y ahora que haremos?.

- Pero no te preocupes!. - Gritó. Se veía feliz. - Ya tenemos dónde vivir!.

/ Vino una asistente social?. / Tenía que preguntar, esa era nuestra mejor solución ahora pero Eric negó con su cabeza.

- Vino nuestro tío!. - Respondió con los brazos abiertos.

Tío... Nosotros no teníamos tío. Quién era esa persona?. / Eric... Quien es esa persona?. /

- De que hablas?. - Pregunto el niño. - Estoy hablando del tío Calíope!.

Un enorme dolor de cabeza me inundó, no sabía quién era ni siquiera recordaba que estuviera por ahí pero... / No recuerdo a ningún tío que se llame así. Nunca tuvimos un tío. / Debía decirle la verdad. Eric me miraba confundido y muy extrañado.

- El tío me dijo que era hermano de mamá. - Se veía muy seguro de eso. - También dijo que era la primera vez que sabía sobre nosotros.

/ Primera vez...?. / Eric asentía. Entonces era un tío que nosotros no sabíamos que existía y él tampoco sobre nosotros?. Me quedé pensando hasta que la puerta de mi habitación se abrió.

El doctor venía a revisarme pero otro hombre vino con él. Podía ver lo alto que era, también lo delgado que estaba, su pelo era blanco y llevaba un traje negro, el traje marcaba sus músculos, parecía muy ajustado. Un empresario?. Pero, lo que más llamaba la atención, eran sus ojos. Sus ojos rojos eran igual a los de mi madre, igual que los míos y tenían la misma forma que los ojos de Eric. Constrataban con su pálida piel, era como de fantasía.

El doctor me sonreía. - Parece que tienes visitas, Adal.

Asentí nerviosa...
......

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