Otra Stark

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Cerré la ultima maleta que me quedaba y dejé todo listo para marcharme. Salí de casa solo con un pequeño bolso y regresé al cementerio. Me senté al lado de la tumba de mis padres y sonreí de lado, remplacé las flores de hace un par de semanas y me despedí. Me iba a un campamento militar lleno de incertidumbre y no sabía cuándo volvería o si lo haría. Pase una ultima vez por casa y tome las placas de mi padre y la sortija que mi madre siempre llevaba de una pequeña flor dorada. Entre en la pequeña casa en la que vivíamos con Howard, en medio de un campamento militar, él me abrazo de lado y beso mi cabeza, como el buen hermano mayor que era.

- Solo es una nueva aventura, volveremos a casa – me aseguro dando un vistazo al sitio

- Eso espero – susurre desanimada, nos meteríamos en medio de una guerra

- No dejare que te pase nada – me prometió

...

- Gracias por aceptar acompañarnos, su participación es vital en el proceso – me hablo Erskein, estrechando mi mano

¿ Y quien era yo ?

Parecida a mi hermano, buenas notas en la escuela una de las pocas mujeres con rango militar, poliglota; alemán, inglés, español y francés, enfermera y como Howard piloto, científica e inventora. Pero yo era su sombra ante el ojo público, nunca me dio envidia. Me enorgullecía el respeto que me había ganado de los hombres que me rodeaban, ninguno pensaba en que solo era una chica, era una científica, una piloto, una inventora. No solo era la hermana de Stark en este mundo, era un ser individual.

- El gusto es trabajar con usted – le asegure

- Siempre es bueno trabajar con mentes brillantes – me respondió

- Bien tenemos un vuelo que abordar – menciono Howard, como siempre emocionado

...

Deje las maletas en el suelo y Howard sonrió dejándose caer sobre un sofa. Estábamos en un edificio cerca de la base militar de los estados unidos, era colorido y tenía 6 pisos, aquí se quedaba la "Gente importante". Era un pequeño apartamento con una cocina, una mesa para 4, dos sofas, un baño y dos habitaciones pequeñas. Acogedor.

- Es un lindo sitio y la ciudad no esta tan lejos – hablo levantándose

- Acogedor – comente

- Tomare la habitación de la – se quedó callado y analizando ambas puertas – izquierda

Solté una risa y él tomo sus maletas, metiéndose en la habitación. Yo tomé las mías y lo imité. Terminé después de un rato y salí en busca de comida.

- Saldré en busca de comida – grite

- Deje dinero en la mesa de la cocina y hay un par de vales, también puedes ir a comer a la base, solo necesitas tu carnet – me grito desde el baño, se estaba duchando

- Iré a buscar algo para cenar aquí y conocer un poco la ciudad – hable saliendo

- Cuídate – grito antes de que cerrara la puerta

Era una pequeña ciudad, pintoresca, ni muy llena ni muy vacía. Una voz conocida me llamo, ese acento.

- Doctor – lo salude

- Señorita Sarah

- ¿ Que hace por aquí ? ¿ Comida ? – le cuestione

Elevo la bolsa de papel que llevaba en la mano derecha y sonrió travieso.

- Coñac – me comento con risa

- Suena bien doctor ¿ Ya vio a los soldados ? ¿ Alguien que llame su atención ? – pregunte