Mucho reposo y nada de movimientos bruscos, eso es lo que dijo el doctor después de atender aquel corte.
La versión oficial era que Fargan, Willy y él habían tenido un día de pesca en un lago lejano y todo había salido muy mal...de alguna manera.
—Últimamente estás más tontito que de costumbre Doblas— le dijo Vegetta, con voz preocupada, viendo que el otro lagrimeaba enfurruñado.
—Estos días parece que va por ahí con las orejas taponeadas, la verdad— coincidió al albino, cruzado de brazos.
—Más cabeza, ratón— rio Fargan.
—Si van a estar criticándome y haciéndome sentir mal los quiero a todos fuera de mi casa—
—Pero vas a estar más inútil que de costumbre, necesitas alguien que...—
—¡Fuera dije! —
Quizás luego llamaría a Nieves a pedirle ayuda, por ahora se las apañaría solo...aun si casi no tenía comida...ni agua...ni nada.
Se quejó en voz baja, dejándose caer en una de las sillas de la cocina.
Oyó un par de toquidos en la puerta de entrada, maldijo en sus adentros, para colmo no había encendido las torretas después de que aquellos se fueron.
—¡No quiero su cochina ayuda si solo vienen a decirme lo bobo que soy! — se cruzó de brazos, con la esperanza de que esas malas ratas se hubieran marchado, pero entonces oyó pasos dentro de la casa y volteó para correrlos cuando se enfrentó a un par de ojos azules.
—Escuchéque te encontrabas mal—.
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Untouched
RomanceA los híbridos no les gusta que cualquiera toque sus partes animales, es casi tabú y algo de lo que tampoco hablan con humanos regulares...eso en teoría.