Mariana y la terrible relación falsa. | MSHD Maryana

Capítulo 3: Arreglos para dormir

Mariana está en el baño principal, reteniendose.

Ana ha sido excepcionalmente encantadora desde que han estado fingiendo salir, hasta el punto de que está empezando a pensar que sus sentimientos podrían ser devueltos, pero ha estado aquí una vez antes, y se quemó. Finalmente está de vuelta en las buenas gracias de Ana y no va a arruinar eso de nuevo.

Ella sabe que tiene una tendencia a abrazar a quien esté en la cama con ella cuando está dormida, especialmente si se siente (o quiere estar) cerca de ellos. Pero ella tampoco va a dejar que eso arruine esto. Ella solo tiene que ir a por ello y ser lo más honesta posible dadas las circunstancias.

Vale. Respira profundamente. Tienes esto.

Antes de perder los nervios, sale corriendo del baño, casi salta a la cama y suelta:

"Oye Ana, en realidad hay un problema con dormir en la misma cama, soy una especie de abrazador para dormir, pero eso no significa nada, así que por favor, no te ofendas si sucede, ¿de acuerdo?"

Ella se gira y aleja de Ana en la que espera que sea una manera definitiva sin ser desdeñosa. En el momento en que le da la espalda y no está monitoreando su propio comportamiento para parecer normal (o lo más normal posible), cava en las sábanas y huelen divinas. Limpio, suave. Como Ana. Casi se pierde en ello, luego recuerda que le hizo una pregunta a Ana, y escucha una respuesta.

Ella no oye nada.

Pensando que Ana podría estar dormida, pero necesitando comprobarlo, lentamente se da la vuelta. Ella es recibida con una sonrisa brillante y divertida.

"No te preocupes, no me ofenderé ni interpretaré tus acciones inconscientes como algo que no quieres que signifique.

Mariana piensa que ve un atisbo de algo en los ojos de Ana cuando dice eso, pero no tiene idea de lo que podría significar, así que solo sonríe devuelta y se acuesta para intentar dormir.

"Buenas noches, Ana".

"Buenas noches".

Mientras se queda dormida, se imagina que casi puede escuchar:

"Dulces sueños, preciosa",

Pero eso tienen que ser solo ilusiones. No hay razón para que Ana la llame por diminutivos cariñosos  cuando no están frente a otras personas.

¿A menos que...?

De repente, sus pensamientos están corriendo de nuevo. La creciente tensión compite contra el cansancio de un largo día, pero al final, sucumbe al cansancio.

****

Ella duerme mal esa noche, pero se despierta agarrando nada más que la almohada. Afortunadamente.

En la mesa del desayuno Ceci hace una cara y dice:

"Sé que hablamos de comunicación abierta en la relación que tenemos, pero no quiero saber por qué las dos se ven tan cansadas esta mañana, ugh".

Mariana mira a Ana. Ella ha estado demasiado atrapada en su propio estrés para notar la cara generalmente impecable de Ana que ahora lleva pequeñas bolsas debajo de sus párpados.

Sus ojos se encuentran. Hablarán más tarde.

****

"Supongo que no estoy... acostumbrada a dormir en una cama con alguien, no después de Juan Carlos. Y parecía que estabas muy tensa anoche, lo que también me afectó".

"Lo siento mucho. Haré todo lo posible para asegurarme de que no vuelva a suceder", dice Mariana.

Y ella lo intenta. A la noche siguiente, y la noche después de eso, y la noche siguiente.