Degaile

•Capítulo 5 : Antes de que tu nacieras•

- ¿Cómo? - Pregunta perpleja Lux.

- Deduzco que debo saber más de lo que me habéis contado, sé poco sobre este maravilloso mundo y no pareceis muy entusiasmados en presentarme a gente de por aquí. - Pensé en Delegio.

Elzury mira a Lux, asiente con la cabeza y ella suspira.

- Es difícil de explicar, pero pensamos que Elizabeth sigue viva. - Alzo una ceja.

- Eso es imposible, ¡estuve en el accidente! - Me cruzo de brazos.

- Lo sabemos, pero ella pudo transportarse con magia. - Dice Elzury.

- ¿Magia? Ella es humana.

- Lo sabemos, pero debió llevarse alguna poción o algún libro de hechizos a tu mundo. - Una poción, ella siempre llevaba un colgante con un pequeño bote en él.

- Increíble, debo hablar con el hechicero real, tengo que saber como entrenarme para la profecía.

Lux asiente y pensativa me dirijo a la habitación donde el hechicero real hace sus investigaciones de alquimia y magia.

Cuando llego, el está leyendo un libro de pie mientras en voz baja recita unas palabras en otro idioma.

Golpeo la puerta dos veces.

- Pase.

Entro en la habitación y despega la mirada de su libro para concentrarla en mi.

- No sabes hacer magia ¿cierto?

- Cierto señor.

- La magia aquí es importante, debes aprender cuanto antes.

- ¿Cómo? - El coge mis manos y abre mis palmas para observarlas.

- Por suerte sois medio humana y medio luz, aprenderás aunque te costará un poco controlarlo. - Empiezo a ponerme nerviosa. - No tema mi señora, yo le ayudaré en todo momento.

Asiento con la cabeza y suelta mis manos, su tacto era frío. Se da la vuelta y busca entre los libros de una de sus muchas estanterías, me gustaría ojear cada uno de ellos.

- Algún día. - Me dice él, me sonrojo al darme cuenta que sabe lo que pienso, suelta una carcajada. - Aquí esta.

Coge un libro muy grueso y le sopla para quitarle el polvo que acumula, lo abre por la primera página.

- Vuelva a tender sus dos manos por favor.- Hago lo que me pide.

Pasa otra página y comienza a recitar unas palabras en el idioma desconocido. Con el libro en la mano izquierda se dirige a su mesa de alquimia y en un bol de madera echa unos polvos de color rojizo y unas flores de color moradas.

Deja el libro sobre la mesa de al lado y mezcla todo lo del bol bien, recita otras palabras y cuando se calla me lo tiende sobre las manos.

- Bébalo. - Lo huelo primero, su olor no agradaba mucho pero cerré los ojos y lo bebí al tirón.

Sentí algo rejuvenecer dentro de mí.

- Lea esto con las palmas de las manos abiertas. - Me señala unas palabras de una hoja que hay delante mia.

- Guefo roaha. - Una pequeña llama de fuego aparece en mis palmas, el hechicero mira orgulloso.

- Magnífico señora, aunque claro, aún le queda un largo camino que recorrer. Recite esto para que las llamas desaparezcan.- Me señala otras palabras.

- Euraf guefo. - Las llamas desaparecen. - Increíble, jamás pensé que pudiese hacer esto.

El hechicero suelta otra carcajada.

- Pues bienvenida a Landízua mi señora, tierra de luces y magos. - Río yo también.

- Gracias, pues.

- Ah por cierto, aléjese de cierto joven, Elzury ordenó que vos no hablases con gente sospechosa. - Abro los ojos como platos y noto mi cara ardiendo.

- ¿Delegio? No sé a quien se refiere. - Me mira de reojo mientras coloca el libro donde estaba.

- Yo no dije nombre alguno, vos se acaba de delatar.

Maldita sea.

- Emm... Creo que debo retirarme. - Digo tartamudeando, cuando antes de salir casi tropiezo con mi zapato haciendo que enrojeciese más.

* Narra Lux *

Mientras investigaba varias fechas, rumores de la plebe y libros para saber más sobre el tema de Elizabeth, escuché un horrible pitido de una vocecilla quejandose, George.

Dejé mi investigación cerrando la puerta de mis aposentos con llave, no quiero que las criadas cotillen sobre cierto tema, abrí los aposentos de Degaile y busco con la mirada donde esta George, cuando lo encuentro me acerco y lo cojo.

- ¿Qué pasa contigo pequeño?

Pero sigue gritando.

- ¡Sombras! ¡Esto no se calla!

Lo llevo a los jardines y dejo que dé vueltas mientras yo estoy sentada pensando.

- ¿George? - Miro detrás mía, esta Degaile muy sonrojada.

- ¿Qué te pasa?

- Eh... pues nada, ¿qué haceis? - Se sienta al lado mía.

- No paraba de gritar, no sabia que hacer bien y lo baje aquí.

Sonríe.

- ¿Qué te ha dicho el hechicero?

- Ah pues nada - Comienza a reír bajo - Me enseñó esto.

Abre sus palmas.

- Guefo roaha. - Una llama aparece en sus manos.

- Impresionante. - Le aplaudo, haciendo captar la atención de George.

- Gracias. - Sonríe. - Euraf guefo. - El fuego desaparece.

- ¿Y no te dijo nada más?

Se pone sonrojada.

- Nada más.

- Bueno... - Digo levantándome - Aquí te dejo a la pequeña bestia.

Ella ríe y asiente, sé que me esconde algo, o me lo dice ella o hablo con el hechicero, es muy importante que yo lo sepa, en estos tiempos no puedo fiarme de nada, un descuido y la oscuridad reinaría por todo la eternidad.

[Siento faltas de ortografía]

Y también siento no poder haber escrito como antes, tenia cosas importantes pendientes.

Espero que nos sigamos leyendo.<3