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Dicen por ahí que el cumpleaños de una persona es una fecha para conmemorar, que debes disfrutar de ese día en compañía de tus amigos y la gente que te ama, que ese día sólo te sucederán cosas agradables para recibir con la mejor energía el comienzo de un año más de tu vida, sin embargo las cosas no pintaban igual para Kim Minjeong, quién a sus cortos 20 años perdió a quien consideraba su alma gemela. Yoo Jimin era un año mayor que Minjeong, ambas habían sido mejores amigas desde la escuela media y continuaron sus vidas permaneciendo junto a la otra. Minjeong era la tranquilidad de la energía de Jimin, y Jimin era la calma en la tormenta en el corazón de Minjeong. Eran conocidas por haber mantenido una amistad relativamente larga y en la que no se habían separado ni una sola vez, habían terminado la escuela juntas, habían viajado juntas y habían iniciado la universidad juntas; todo juntas. Sus amigas Yizhuo y Aeri las envidiaban, no comprendían como ambas chicas siempre estaban junto a la otra, nunca habían discutido y si alguna vez lo habían llegado a hacer, se reconciliaban a los días prometiendo nunca separarse de nuevo.

Jimin y Minjeong lo llamaban amor, pero eso era algo que mantenían en un secreto para ellas mismas, porque nadie de su circulo comprenderían la relación que solamente ellas entendían. Una relación en la que para el mundo exterior solamente eran amigas, pero para ellas mismas eran algo más que eso; eran almas gemelas. Minjeong pensaba que permanecerían juntas de por vida y ese era el plan de las dos, ambas vivirían juntas en un departamento pequeño en Nueva York, Jimin trabajaría como modelo de marcas importantes debido a su belleza descomunal y Minjeong trabajaría en cualquier ámbito que tuviera relación con la música. Adoptarían dos gatos y tendrían un bebé, se casarían al segundo año y pasarían sus días junto a la otra, siendo ellas dos y su pequeña familia. Todo estaba meticulosamente planeado, sin embargo no contaban con aquel día en que su vida se apagó por completo.

Minjeong no podía explicar el sentimiento que mantuvo esa mañana que Jimin le mencionó que tendría que viajar a Fukuoka para atender una oferta de trabajo, estaba contenta, por supuesto, sin embargo dentro de su corazón algo parecía incierto, no sabía describir con palabras la sensación que se presentó en su corazón, sin embargo no le tomó importancia. Era su novia quién estaría viajando para completar la primera parte de su sueño y ella debía estar contenta por ello, así que esa noche celebraron como nunca antes, primero en compañía de sus amigos, después ellas dos lo hicieron en aquel pequeño departamento compartido que alquilaban en Seúl, compartiendo risas, anécdotas y uno que otro beso mientras celebraban. Esa noche Minjeong durmió en los brazos de Jimin, manteniendo su corazón en calma al momento en que escuchó los latidos ajenos sincronizarse con el sonido de su respiración y por un momento pensó que estaba exagerando y que todo estaría bien.

Nunca fue una exageración.

Jimin se había despedido de ella en el aeropuerto una semana antes de su cumpleaños número veinte, esta misma le había prometido regresar a tiempo para celebrarlo junto a ella y al resto de sus amigos, cenarían en aquel restaurante que a Minjeong le gustaba y al día siguiente le dirían a sus amigos acerca de que su relación era de algo más que amigas. Minjeong estaba entusiasmada y eso se reflejó en un beso de despedida antes de que la mayor abordara aquel avión, sin embargo, el sentimiento de intranquilidad regresó al pequeño cuerpo de Minjeong.

"Son sólo nervios por estar tanto tiempo separada de Jimin, ya está".

Ella misma intentaba tranquilizarse a si misma haciéndose creer que todo estaría bien, porque todo estaría bien si Jimin se lo había asegurado, ¿no es así? Porque Jimin nunca mentía, ella jamás podría mentirle a Minjeong porque Minjeong lo era todo, era su mejor amiga, su alma gemela, su novia, el amor de su vida y el otro extremo de su hilo rojo, Minjeong era el universo entero para Jimin, y por esa razón jamás podría haberle mentido ni una sola vez.

Jimin tomó ese vuelo y con ello, las esperanzas de Minjeong acerca de cumplir todos aquellos planes que alguna vez prometieron inconscientemente se fueron junto a ella. Increíblemente Minjeong había permanecido extraña toda esa semana, parecía como si hubieran arrancado una parte de su alma, no entendía porque y sus amigos comenzaban a notarlo. Minjeong había cambiado, pero atribuyeron el hecho de que seguramente sólo extrañaba a su mejor amiga, cosa que sería bastante común para la propia Minjeong su hubiera sido en otro momento o en otro contexto, pero en esos momentos no era común. Por lo menos no para ella. No podía esperar a que Jimin estuviera de vuelta en la ciudad, poder abrazarla y decirle que estaba preocupada, que Jimin la tranquilizara diciéndole que debía confiar más en ella y que todo estaba bien. Minjeong necesitaba a Jimin, y no era una especie de dependencia tóxica que cualquier persona pudiera desarrollar, en ellas era diferente por el simple hecho de que el alma de Minjeong necesitaba ser acogida por el alma de Jimin. Necesitaba sentirla, saber que estaba ahí y que su corazón palpitaba por ella y sólo por ella.

Minjeong sentía que Jimin no iba a regresar, y ese sentimiento la carcomía por completo y la volvía loca, pero no podía hablar de eso con nadie si no quería que comenzaran a juzgarla. Minjeong sabía que algo malo sucedería, pero intentó apagar ese sentimiento por lo siguientes días, hasta que pudiera ver a Jimin a los ojos de nuevo.

Finalmente el día sábado había llegado y con ello, la llegada de su alma gemela a la ciudad, sin embargo, fue entonces cuando sintió como su alma se había roto y su vida se había apagado por completo. De camino al aeropuerto ya había comenzado a sentirse incómoda, parecía que en cualquier momento podría tirarse a llorar en el asiento del vehículo de Yizhuo, no comprendía que sucedía ni tampoco lograba comunicarse con Jimin. La última conversación que habían tenido era acerca del vuelo y Jimin le había dicho que la amaba, pero de ahí en adelante no se comunicó más. Aeri le insistía diciendo que Jimin era lo bastante despistada como para dejar sin batería su teléfono, que solamente debían sentarse en el aeropuerto a esperar a que el vuelo de Jimin llegara y la verían de vuelta con ellas, pero Minjeong se negaba, Minjeong quería viajar hasta Fukuoka y asegurarse de que el amor de su vida estuviera segura, porque sabía que ese sentimiento en su pecho no era normal, no cuando se tratara de Jimin. Sin embargo, esperó. Esperó seis horas en el aeropuerto, sentada en una de las sillas de la recepción a esperar a que el vuelo de su mayor llegara, y, efectivamente este mismo había llegado, pero Jimin no era parte de las personas que habían llegado. Minjeong comenzaba a enloquecer, esa madrugada se contactó con todas las personas posibles y sus amigos estuvieron acompañándola y ayudándola en su búsqueda de encontrar una forma de contactarse con Jimin hasta que finalmente Ryujin pudo encontrar el número de la empresa que había llamado a Jimin a firmar contrato de modelaje junto a ellos y estas personas se encargaron de destruir su vida.

Jimin había sufrido un accidente automovilístico de camino al aeropuerto en Japón esa misma tarde, por lo que tanto ella, su guardaespaldas y el conductor del vehículo en el que viajaban tuvieron que ser llevados de forma urgente al hospital. Los dos hombres no habían sobrevivido y Jimin luchaba por su vida en un estado de coma inducido, tenía varios huesos rotos y una contusión bastante grave en su cerebro y gracias a eso los médicos habían decidido inducirla a un coma y esperar lentamente a que su cerebro dejara de funcionar.

Y en ese momento, Minjeong sintió como perdía la poca consciencia que le quedaba sobre si misma.

Talking to the moon. ⋆ Winrina. [Short story]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora