Por Encima De La Mafia Un Omega

No.3

Moviendo al alfa, Cayden lo arrastró hacia una columna dónde estarían protegidos; insinuó que estaban detrás de su cabeza millonaria, miro a Ermihan quien tenia expresión aterrorizado. Sorprendido. Un hombre gigante como él estaba en shock, Cayden  sujeto sus grandes manos y con la voz más calmada que pudo transmitir dijo:—no te asustes, debes ser horrible pasar por algo así—sus labios se levantaron en una sonrisa.Desgraciadamente Un segundo disparo resonó, volcando el pánico de la mechadumbré.

Estremeció el cuerpo sin darse cuenta—la policía no tardará en llegar—dijo y apreto el agarre manteniendo la calma.

Ermihan levanto una ceja, estaba conmovido. Agradecido: si no fuera por este Omega su cabeza pudo ser atravesada, y ahora recibía una clase de consuelo cuando claramente era este pequeño el más asustado. Se rió de si mismo, porque una parte de el lo disfrutaba. Pero no ante está clase de situacion.

«es calido» continuo mirando al pequeño cuerpo. Su lobo gruño cuando el chico grito asustado por un tercer disparo, deseando protegerlo bajo sus brazos. esos ojos oscuros temblaron y lo miraron. Estaba apunto de decir algo cuando los ventanales fueron atravesadas por balas como si el tercer disparo indico la señal de ataque.

Los pedazos de vidrio brincaron hacia su dirección, Ermihan escondió a Cayden bajo su abrigo priorizandolo primero.«¡Que demonios!» estuvo apunto de maldecir en voz alta. Aceptaba que siempre lo apuntaran pero, miro alrededor, repugnado, que actuarán  impulsivamente matando inocentes. Bastardos.

Entre la tela, bajo ese ancho cuerpo, ahora, Cayden respiraba absorto escuchando los tiroteos rugir como olas chocar contra las rocas.
Temblaba incluso con la respiración tranquila o los latidos cordinados del alfa, ya no estaba seguro de transmitir tanta confianza alguna; no estaba seguro de salir vivo cuando los oficiales llegasen. Pellizco la piel, no volvería a ver a lowell.......torno su rostro pálido.

«¡Lowell, ¿Dónde estás?!» pensó.

Su único hermano, el único amigo que le quedaba estaba dentro del huracán mientras él se escondía bajo un patético alfa. Sacudió el cuerpo levantándose para salir corriendo.

—¡¿A dónde demonios piensas ir?!— sostuvo su muñeca con fuerza evitando que cometiera una estupidez—terminaras agujereado si piensas salir ahora— gruño el alfa

Perdió el control de su expresión otra vez, por un momento Contempló sus muñecas aferradas, dolía. Apretó el labio, mordio los dientes, y giro la cabeza dónde las balas atravesaron lujosas flores remojandolas bajo un tono carmesí.

Podía ser que entre esas flores....lowell tendía muerto. Negó frustrado.

—¡Suéltame!— grito «no porfavor no me dejes» admitió internamente, tenía miedo la desesperación masajeo su cabeza con ideas irrealistas; su hermano estaba ahí afuera quizás ya sin vida y eso lo estremecía.

—espera a qué los policías lleguen— Ermihan apretó el agarre. Podía tirar del delgado brazo que sostenía y volver a envolverlo bajo su calor.Que le preocupaba a este Omega como para intentar arriesgarse y salir corriendo.

El aroma a cordita se desplago por completo dentro la planta baja: óxido y sal acompañaron el hedor, cuando más miraba su ritmo cardíaco aumentaba, esparciendo un olor agrio que irritó las fosas nasales del alpha.

«debo calmarlo»penso. Ermihan libero un poco de sus ferormonas haciendo el intento de calmar al omega. Noto tensar sus hombros, de espaldas sin mostrarle el rostro. Su alfa gruño molesto en desaprobación hacia Cayden.

La escencia del hombre juguéteo con su nariz. Al respirarlas hizo todo lo contrario a calmarlo; recorrio entre sus nervios como un relámpago desplazado entre los cúmulos, levantándo los pelos de su piel. El trueno cayó rompiendo la cordura que forzó a mantener bajo las pastillas.