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Jungkook:

-Si, como les iba diciendo, esos dos parecen animales en celo.- Dijo Tae justo cuando me vio entrar en la cocina a la mañana siguiente. -¡Ah! miren quien decidió hacer acto de presencia, justo uno de los dos escandalosos.- Dijo aguantando la risa igual que Hobi y JIn. 

-Sabía... Sabía que iban a empezar, pero ¿Saben qué?- Les dije tomando una leche de chocolate de la nevera. -Hoy amanecí de bueno humor, así que hagan las bromas que quieran, bueno mientras Minnie no esté por que ya saben que él sí se pone mal.- Bebí de mi leche. 

Me senté junto a Tae y éste me rodeó los hombros. -¿Y Mimi?- 

-Sigue dormido, no quise despertarlo, ¿Tenemos algo hoy?- Pregunté confundido. 

-Nada fuera del trabajo normal, ya saben edición y cosas por el estilo del nuevo álbum, se viene la gira y lo de siempre, yo pienso ir a entrenar después del desayuno.- Dijo Nam sin dejar de comer. 

-Mm... Vale yo me apunto.- Soltó Hobi. 

-Vamos todos, es mas divertido cuando todos entrenamos juntos.- Les dije a todos y asintieron, claro menos uno. -Claro que Yoongi hyung puede ir y dormirse en las colchonetas mientras los demás hacemos ejercicio.- Bromeé. 

-Esas sí son palabras sabias niño.- Respondió éste y todos soltaron una risita. 

El teléfono de Nam sonó en ese momento y ya que todos sabíamos de su esposa y su pequeño pues ya no tenía que salir de la casa para hablar con ellos. 

-Hola cariño.- Respondió de inmediato, los demás sólo nos miramos un momento ocultando nuestras sonrisas y guardando silencio como todos unos chismosos. -Oh ¿En serio?, aw eso es adorable... claro claro, si, pero por supuesto si es mi hijo, salió de inteligente al papá.- Decía Nam pero entonces su voz cambió a una de bebé fingido, seguro que hablaba con su hijo. -Hola pequeñín, ¿Estás cuidando a mami? ¿Si? ¿Quién es el gordo de papá? Pues claro, yo soy papi, oye ya irás a la guardería ¿eh? ya no vas a estar de flojito en casa... ¿oh en serio?... Bueno pero primero debes obedecer a mami, ¿Okay?... ¿Lo prometes?- Nam sonrió enternecido ante lo que sea que le decía su pequeño, asintiendo con la cabeza. -Vale, pon a mami al teléfono ¿si?, le diré que lo compre para ti... Te amo enano.- Nam siguió hablando con su esposa unos minutos, se dirigió a la sala, quizá para tener algo de privacidad con ella, a veces siento que le da algo de vergüenza ser meloso con ella delante de nosotros y la verdad es que hasta cierto punto lo entiendo y es lindo conocer esa parte de mi hyung, hemos tenido la oportunidad de conocer a su familia un par de veces, la primera fue poco después de que nació su pequeño y la segunda en una cena a la cual llegamos de imprevisto, su esposa es una chica muy agradable y lo ama y consiente demasiado, o por lo menos es lo que hemos notado las poquitas veces que los hemos visto juntos y de Nam ni les digo, se ve que daría la vida por ellos sin pensarlo. 

Estaba inmerso en mis pensamientos, pero eso no impidió que sintiera la presencia de Jimin en cuanto entro a la cocina, llevaba puesto un pijama blanco de tela térmica, de su talla, dejaba ver su lindo, bien formado y saboreable (si es que esa palabra existe) cuerpo perfectamente a la vista de todos, no que fuera un monstruo celoso que no podía ni quería compartir aquella vista con nadie pero... Bueno, la realidad es mis amigos que... Si, lo soy, así que  no dudé ni un segundo en acercarme a él y abrazar su cintura por la espalda y besar su mejilla, cerca de la oreja. 

-¿Como amaneció el ser más precioso que han visto mis ojos de venado?- Le pregunté en un susurro siendo cuidadoso de rozar el lóbulo de su oreja, sentí su cuerpo tensarse un poco, pero sé muy bien que esa tensión no es precisamente mala y me sonreí internamente ante su reacción. 

Mírame...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora