Día 5

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Canción: Smile - Lil happy lil sad.

Pareja: Amane x Kou

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Amane era un chico que vivía enamorado de la muerte desde su adolescencia.

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Kou había aceptado salir con Amane siendo consciente de su poca estabilidad emocional, creía que si lo amaba lo suficiente él dejaría esas locas ideas del suicidio y por ello siempre le demostraba su amor por él, solo que el problema era que no parecía ser suficiente. No era su culpa, para Amane nada era suficiente, siempre quería más, pedía más, hacia más, porque intentaba inultamente llenar un vacío en su corazón, uno que nunca lograría llenarse.

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Era común que él estuviera borracho o drogado y Kou lo regañara por el daño que se estaba haciendo a si mismo, Amane le coquetería para que no le insistiera en cambiar y después recibiría un zape de su pareja por no tomárselo en serio.

Y hoy no iba a ser la excepción habían ido a una fiesta en un gran edificio, Amane había tomado algo y aunque no estaba tan drogado, estaba sentado en el suelo escuchando los regaños  de su pareja, quien estaba cerca del balcón, esta vez, hubo un cambio en su rutina.

- ¿Me amas? – pregunto con una voz seria.

Kou pensó que seguía drogado, pero aun así le respondió - ¡Sí, lo hago! -.

Amane se levantó del suelo, entrelazo sus manos con las de su novio y con una sonrisa empujo al rubio hacia las barandillas del voladizo - ¿Y sí realizamos un suicidio de enamorados? -.

Kou le miraba estupefacto, su mente estaba en blanco por la impresión que le había provocado la pregunta de su pareja. – ¿Qué? –.

- Solo bromeo – dijo, alejándolo de la barandilla en múltiples giros como si estuvieran en un baile.

Después de irse de la fiesta no volvieron a tocar el tema.

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Amane se escapó de su hogar, quería tomar, necesitaba algo para olvidar el dolor que tenia en su pecho, solo quería olvidar esa sensación desagradable de vacío.

Solo quería morir.

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Talvez era por los efectos de la droga que acababa de consumir, o tal vez era por la enorme tristeza que sentía en ese mismo momento, pero quería, no, él necesitaba aliviar todo, con torpes movimientos, saco un pequeño cúter que había comprado horas antes y empezó a hacer indefinidos y desnivelados cortes en su delgada piel.

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Kou tenia un mal presentimiento, así que busco a su novio por todos lados, hasta que recordó la pequeña cabaña donde siempre iban a descansar cuando necesitaban tranquilidad, fue ahí esperando encontrarlo sin ningún daño, pero al llegar miro horrorizado la escena que tenia enfrente.

- ¡Amane! – grito asustado. Se arrodillo y se quito la playera, desgarro la tela en dos partes y las puso en las superficies posteriores de ambos antebrazos. Después saco su teléfono y llamo a una ambulancia.

Amane despertó al sentir que alguien lo estaba moviendo, levanto la mirada y vio a Kou hablando con alguien por el teléfono, no podía escuchar lo que decía, a pesar de que el rubio estaba casi gritando.

- ¿Kou? – susurro débilmente, intento levantar su mano para tocarlo y asegurarse de que no era producto de su imaginación, pero solo consiguió tirar la tela que estaba encina de su antebrazo.

Al ver su sangre abrió más sus ojos y exclamo – ¡Mira, Kou, es mi sangre, estoy sangrando! – comenzó a reír por los aun presentes, efectos restantes de la droga y después de unos minutos volvió a decir – estoy sangrando – y empezó a llorar, él no entendía lo que le sucedía, solo sentía una enorme presión en su pecho.  

Kou lo miraba con tristeza, sus lágrimas caían como lluvia en los cortes irregulares que no había podido tapar con la tela.

Presionaba la tela en los cortes para evitar que el sangrado continuara, pero se desesperaba cada vez más porque los hermosos ojos ámbar que tenía Amane se estaban apagando.

- Sonríe – susurro débilmente, estaba seguro de que, si lo hubiera dicho en otra situación, el rubio habría hecho un adorable puchero, pero, ya no habría más situaciones en un futuro.

- ¡No te vayas! ¡No por favor, por favor! – pidió entre sollozos mientras abrazaba el cuerpo pálido de su novio - ¡No me abandones! – grito meciéndose y aferrándose más al frio cuerpo.

Las sirenas de la ambulancia sonaron cerca y en cuestión de minutos entraron, pero, ya era demasiado tarde. 



SongWeek Amakou/TsukouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora