Capitulo III

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Jeongin había huido tratando de mantener el desayuno en su estómago mientras que tropezaba con todos los escalones de las estropeadas escaleras

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Jeongin había huido tratando de mantener el desayuno en su estómago mientras que tropezaba con todos los escalones de las estropeadas escaleras. No había escuchado el eco que hacían los reclamos de Minho hacia él, o el chirriar de la madera bajo su cuerpo cuando daba un paso. En su mente la palabra "huida" era su prioridad.

Tenía que hacer el doble de esfuerzo para que el aire llegase a sus pulmones, sentía como si en cualquier momento fuera a quebrar y a caer, quizás hasta a desmayarse, quedando perfectamente alcanzable para aquellos depredadores que seguro andaban por esos parámetros en los que se encontraba. Pero la adrenalina le llenaba, haciendo que su esfuerzo no fuera puramente en vano. No quería acabar en aquél sótano.

Ni si quiera se dio cuenta de que al fin había llegado a la planta de arriba hasta que casi choca con una de las paredes la cual se mantenía algo sucia por las esquinas, un claro indicio de abandono o al menos aquello se quería aparentar. Miró a su al rededor tratando de ubicarse, allí habían estado hacía a penas diez minutos, pero después de bajar todo parecía diferente, todo se veía más limpio, y en comparación con tiempo atrás, tranquilizador. Y Jeongin no quería moverse, no lo hizo durante unos minutos tratando de que su mundo al fin dejara de dar vueltas y se quedase quieto.

No fue la mejor idea, pues sus demonios no tardaron en presentarse.

"Acabo de dejar a mis amigos en soledad, en un lugar donde si no salen a tiempo, podrían morir. Acabo de huir en vez de ayudar en el rescate de un ser celestial. Acabo de verme como un bebé solo porque me he asustado."

Todos aquellos pensamientos inundaron su mente de manera inmediata, sentía que iba a quebrar de un momento a otro; había sido un cobarde.

Se sentía un estúpido, como un niño pequeño, ¡Podría haberse quedado ahí abajo tratando de ayudar en el rescate! Aunque claro que Hyunjin y Minho realmente debían de tener muchas ganas de morir como para hacerlo.

No supo en qué momento había salido de ese bucle que crearon sus pensamientos sin previo aviso, o cuanto tiempo había estado allí, de pie mirando a la nada mientras que su mente le había recriminado cada error que había cometido aquella tarde, mientras que sus piernas relajaban su temblor y su respiración disminuía, aunque no dejó de estar en alerta en ningún momento. Un mal presentimiento lo hizo alzar la mirada encontrándose con la ventana semiabierta que daba al gran valle por el que habían venido.

¿Por qué sentía que de un momento a otro todo iba a torcerse? ¿Por qué creía que estaba a punto de pasar algo malo?

Quizás fuera por las nubes que comenzaban a invadir el cielo dándole un aire más lúgubre a todo, o quizás por las dos personas que andaban a lo lejos, en las aún sendas del bosque, decididas hacia aquella casa. Jeongin abrió en exceso los ojos al analizar aquel acontecimiento.

Estaban jodidos, pero muy jodidos, más que nada porque dudaba que hubieran más personas que se acercaran a aquel lugar más que ellos y los culpables de la masacre que se encontraba bajo sus pies. No creía que fueran los jardineros ni mucho menos.

𝐒𝐄𝐃 || 𝘏𝘺𝘶𝘯𝘭𝘪𝘹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora