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La niña se encontraba dentro de su casa viendo la televisión, específicamente la bella durmiente.
En el momento en el que el príncipe Phillip beso a Aurora, Tanya se sonrojo y soltó un chillido agudo. Siguió viendo concentrada la televisión hasta que la película finalizó con el baile de Aurora y Phillip junto a la discusión de Flora y Primavera por el color del vestido de la princesa.
¡Fue increíble! Ojalá ella también pudiese derrotar a un dragón y besar a un príncipe guapo.
Se estiró un poco la espalda y llamó a su madre para decirle que tenía hambre.
-Lo siento cariño, aún falta para que la comida esté lista. ¿Porqué no sales a tomar el aire? -sugirió la castaña mayor.
La de vestido amarillo asintió un poco más desanimada salió de su hogar junto a Rosie en busca de algo de entretenimiento para calmar su hambre.
Mientras paseaba en las calles de su nuevo vecindario, vio a una niña un poco más mayor hablando con un chico de camiseta verde. La chica era de piel morena, cabello pelirrojo recogido en dos coletas y una camiseta naranja conjuntada con una falta roja.
Era muy bonita, le gustaría ser su amiga.
Caminó hacía al par de chicos con su peluche en sus brazos, con cada paso se sentía más nerviosa y sus manos estaban empezando a sudar.
-H-h-hola. -saludó nerviosa interrumpiendo la charla de los dos chicos que la miraban con molestia.
-¿Qué es lo que quieres? Estábamos hablando de algo importante. -espetó la de coletas dándole a la menor una indirecta de que se fuera.
-Nunca te había visto aquí, ¿Eres nueva? -al contrario de su acompañante al de camiseta verde la molestia fue reemplazada por curiosidad.
-M-me llamo T-tanya, me mude hace tres días. -dijo la castaña ligeramente intimidada por la respuesta anterior de la pelirroja.
La pelirroja con el ceño fruncido bajo su mirada a las manos de T.N encontrándose con un osito de peluche rosado.
-¿Un osito de peluche?¿Qué eres, una bebé llorona? -se burló la de orbes verdes.
T.N agachó su cabeza nerviosa mientras agarraba con más fuerza a Rosie. Ya no quería ser su amiga, le estaba haciendo sentir mal.
-No te pases con ella, Lily. -para su suerte, el castaño la defendió de las burlas de la tal Lily.
-¿Eh?¿Y eso? -preguntó molesta.- Con el llorón mira que no dices nada.
-Eso es diferente, ella es una niña. -se excusó el de camiseta verde.
Aprovechando que estaban entretenidos discutiendo entre ellos se fue antes de que intentarán hacerle algo.
Caminó desanimada de regreso a casa. Ella estaba equivocada, no podía hacer amigos.
-Rosie... -abrazó con fuerza al único recuerdo de su padre.
Daba igual el lugar dónde iba, al parecer sus únicos amigos siempre serán la soledad y sus juguetes.
-¡Hola! -escuchó una voz infantil saludando.
Empezó a mover su cabeza en todas la direcciones para buscar la dueña de aquella voz.
-¡Aquí abajo! -miró abajo y encontró a una niña más joven que ella. Su pelo era largo y rojo. Tenía unos ojos preciosos como las llamas de Malefica y vestía una camisa rosada y una falda azul.
-Hola. -a diferencia de antes su voz salió con más naturalidad.
-Mi nombre es Tanya, ¿y tú?
A la pequeña pelirroja le brillaron los ojos al ser el centro de atención de la castaña, así que de manera orgullosa exclamó su nombre:
-¡Mi nombre es Elizabeth Afton!
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