Salta la red

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Y si, mi padre estaba gritándome como si su vida dependiera de ello, ¿que mejor forma de despertar que con un regaño? Exacto ¡TODAS!.

—LEA ADA SMITH.

Al escuchar ese grito, abrí los ojos y me senté como si no hubiera un mañana, poniéndome mis pantuflas de oso panda lo más rápido que podía, no entendía el porqué de esos gritos hasta que vi mi cama vacía... ¡EXACTO! ¡SIN NINGÚN LUKE!

Me fui corriendo a la sala de estar de donde parecían venir los gritos y sinceramente no me sorprendí nada al confirmar mi teoría de que papá ya había conocido a Luke (de la peor forma).

Y ahí estaba papá, con su traje usual azul oscuro, con una camisa blanca dentro del traje y una corbata rodeando su cuello, su cabello corto castaño oscuro peinado como si fuera modelo.

Al notar que yo ya estaba ahí papá me dijo —no es necesario que lo diga ¿no es así?—señalando una mancha de orina en la alfombra y unas gotas en su zapato caro con el dedo índice.

Luke tan pronto me vio dio literalmente un salto para llegar a mi y que papá no le pegue, a lo que yo solo le respondí con un abrazo y lo alce.

—lo siento papá, prometo que no volverá a pasar.

—¿prometes que no volverá a pasar?— dijo con una sonrisa irónica y también indignado.

—me vale papas que vuelva a ocurrir. ¡¿QUE HACE UN PERRO AQUÍ?!

—te lo explicaré pero por favor no grites, cálmate, voy a traerte algo para limpiar tus zapatos y quitar el olor.

Sinceramente solo quería evitar que me gritara, aunque ya estaba lo suficientemente molesto sabiendo que no llegaría a una hora aceptable al trabajo.

—bien ahora ¿que hace ese maldito perro aquí?.— dijo después de que le limpiara el zapato.

—primero que nada ese "maldito perro"— digo imitando unas comillas con dos dedos —se llama Luke, y segundo, ¿¡lo rescaté vale!? si no lo adoptaba lo iban a...... a....— tenía un nudo en la garganta, no podía decir nada, era como si el solo hecho de que le pase algo así a Luke me partiera el alma....

—vale has hecho un acto heroico, ¿y en que momento si quiera me preguntaste si podías hacerlo?.

—vamos papá, no tienes de que preocuparte, yo me encargaré de todo lo que haga, lo entrenaré, lo educaré, lo pasearé, seré responsable de él, no tendrás que preocuparte... sólo.... déjame cuidarlo.

Estaba obvio que no lo iba a aceptar.

¿Tú crees?

Vale si era muy obvio de que no lo haría.

Y así sin más, se fue, supongo que a su trabajo, por suerte ya le había limpiado el zapato, porque estaba segura que si no lo hacía, más tarde se quejaría.

Ese día estuve entrenando a Luke en el parque de la esquina, compré más cosas para el y logre hacerle entender que solo puede orinar y hacer en el parque (lo cual me dejaba muy tranquila) al día siguiente me levante en mi camita, y por suerte Luke estaba a mi costado de patas arriba, me dio mucha ternura así que le empecé a acariciar la panza.

Me levante hacia la cocina a prepararme algo o a ver si Olivia, la sirvienta, me había preparado algo, ella y yo éramos muy buenas amigas, ella lo sabe prácticamente todo de mi, es la figura materna que nunca tuve, le dije lo de Luke y aunque ella sabia que era mala idea tenerlo, ella lo quiere mucho.

Llegue a la sala de espera que no me sorprendió no ver La Mancha de orina de Luke del día anterior, pues Olivia es muy buena con las manchas, me dirigí a la cocina y me quede paraliza al ver a mi padre parado frente la estufa con una sartén, ¿haciendo huevos revueltos? ¿con delantal? ¿en pijama? ¿Quien era ese hombre y que había hecho con mi padre?.

Siempre juntos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora