ᴘᴇsᴀᴅɪʟʟᴀ

909 136 56
                                    

El silencio sepulcro con un suave rechinar de hamacas, la agitación que tenía Jiwoo era uno de sus peores estados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El silencio sepulcro con un suave rechinar de hamacas, la agitación que tenía Jiwoo era uno de sus peores estados. Su corazón se oprimía con fuerza, le sentía casi en su garganta. Esta vez había tenido una pesadilla.

Realmente no debió hacerle caso a Kyujin de ver una película de terror. Al momento de ver películas de tal género le iba genial y era libre de temores, lo suficiente como para decir que era valiente y las demás miembros no se lo refuten.

Las cosas se ponían incluso peor cuando al final de las películas salían esas cuatro palabras que hacían que a cualquiera se le vaya el alma del cuerpo; "Basada en hechos reales".

En fin, el gran problema es que las tontas películas se quedaban en su mente en la noche haciéndole sufrir hasta tenerla entre la espada y la pared.

Bueno, en éste caso el asesino y la pared, en su sueño un cruel hombre le seguía para asesinarle.

Como todo clásico cuando estás teniendo un sueño, al tratar de correr te ralentizas, como si corrieras una maratón en una caminadora física, no avanzarás y todo el esfuerzo se te va directo al caño. Justo así estaba ella, con el corazón en la garganta corriendo sin lograrlo realmente y viendo como aquel hombre se acercaba tortuosamente.

Fue cuando la alcanzó con un cuchillo en mano que su cuerpo se elevó en un espasmo, asustada abrió sus ojos de golpe encontrándose en la habitación.

Rápidamente se hizo bolita, evitando que sus pies rozaran los bordes de la cama, no creía mucho en eso... Pero por si acaso no quería que le jalaran sus pobres patas.

Bastaron pocos segundos para que se diera cuenta como sus mofletes estaban húmedos de lágrimas. Aún estaba muy asustada, demasiado.

Trató de darse la vuelta, pero vaya susto tuvo cuando se encontró con un cuerpo a su lado. Hubiera sufrido un paro cardíaco de no ser porque notó como su unnie estaba ahí durmiendo tranquilamente.

Suspiró y trató de calmarse, vamos, que era una chica grande y estaba incluso acompañada.

No fue hasta que escuchó el rechinar de alguna hamaca que sintió como se le bajaba la presión.

No, no y no.

Jadeó asustada y miró de reojo a Jinsol quien aún dormía muy plácidamente.

Mañana debían despertarse temprano por un entrenamiento, justo esta noche habían casualmente quedado en la misma habitación y lo que menos quería es llenar de molestias a la mayor.

— U-Unnie... — susurró, su manita tomó la manga del pijama de su compañera de grupo pero esta parecía no reaccionar.

Trató de acomodarse, se envolvió entre las mantas y trató de ignorar el hecho de que sus emociones estaban a punto de explotar y hacer una mezcla de todos sus temores unidos en desmedida.

No había lugar en el cuarto donde no le tomara figura a algo feo que quisiera hacerle daño. La silueta de la silla le parecía alguien ahí y los adornos de las cortinas del mueble, le hacían ver repetidas caras feas.

No fue que entró en pánico cuando su propio brazo dormido (que ni había notado que estaba así) rozó accidentalmente su cintura.

Pegó un espingo e inevitablemente chilló. Asustada agitó a Jinsol con fuerza, casi tirándole de la cama. Bastaron segundos para que la mayor adormilada gruñera y abriera lentamente los ojos para mirarla.

Ahí estaba su menor, con los ojos llenos de brillos por estar repletos de lágrimas y su rostro casi demacrado. — ¿Qué pasa, Jiwoo...? — preguntó sentándose en la cama y frotándose los ojos tratando de evitar dormirse en el proceso.

— T-tengo miedo... — a penas soltó con un hilo de voz.

— ¿Miedo? — preguntó, la pequeña asintió — ¿es por la película que viste con Kyujin?

Su orgullo le dolió, pero debía admitirlo, asintió con suavidad. Esperando una estúpida burla esperando de los labios de la contraria. Pero lo único que sintió es como los brazos ajenos le envolvían en un abrazo, la mayor la acomodó de tal forma que su cabeza se recostara en su pecho.

— No veas películas que no quieras, Jiwoo... — susurró Jinsol adormilada, su voz estaba gruesa, tanto que la menor casi pudo sentirlo como un regaño.

— ¡Quería hacerlo! — se quejó — no esperaba que me acompañara en una pesadilla...

La mayor soltó un gruñido y Jiwoo inconscientemente se recostó mejor en el pecho ajeno.

Fueron aproximadamente cinco minutos de silencio hasta que las palabras de la menor hicieron presencia en la habitación.

— Unnie... Aún tengo miedo. — susurró, sin saber aún si la mayor estaba despierta o no.

Jinsol la acercó más a su cuerpo y plasmó un beso en su cabeza — No tienes porque tenerlo, yo te cuidaré.

Jiwoo no pudo evitar escuchar como los latidos del corazón de Jinsol se aceleraban. Ahí, bajo la luz tenue de la noche y de las estrellas, más que miedo y temor hubieron suaves mimos, unos que recibió Jiwoo hasta caer agotada en brazos de la contraria. Jinsol no pudo evitar sonreír con dulzura viendo como la menor poco a poco se dormía.

Porque más que esa fea pesadilla, tuvo de recuerdo el suave y repetido sonido de los latidos de la chica de la cual estaba tan enamorada.

Porque más que esa fea pesadilla, tuvo de recuerdo el suave y repetido sonido de los latidos de la chica de la cual estaba tan enamorada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


୨୧ Pesadilla | BaeWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora