Él no es mío, pero tampoco es de nadie más.
Me repito una y otra vez, pero sé que no es cierto.
Él tiene a su esposa e hijos, tiene amigos. Incluso tiene a sus enemigos.
Pero él es mío en un modo en el que nadie más puede tenerlo. Sin embargo él no es enteramente mío.
Él no es mío, pero tampoco es de nadie más.
Kakarotto se comporta igual con todos, pero él hace cosas conmigo que no hace con nadie más ¿verdad?
Me exige que le tome la mano cuando quiere teletransportarse conmigo. Ese detalle no lo tiene con nadie más ¿cierto?
Cuando entrenamos me sonríe. Su sonrisa no la he visto dedicársela a nadie más que a mi ¿no es así?
Él no es mío, pero tampoco es de nadie más.
Claro que no, él es igual de molesto con todas las personas que conoce. Ese es el comportamiento predeterminado de Kakarotto. No soy especial para él.
No es verdad, lo he visto hacerlo con otras personas. Incluso lo hizo con la escoria con Freezer. Sujetarme la mano no es algo sólo de nosotros.
Esa sonrisa se la he visto en su estúpida cara con cualquier persona. Es como si fuera su respuesta natural a cualquier situación. Nada fuera de lo común entre nosotros dos.
Él no es mío, pero tampoco es de nadie más.
No puedo dejar de pensar en él. Cada día es un martirio forzándome a superarlo.
Estoy a punto de seguir adelante con mi vida, Kakarotto se aparece de la nada. Me exige que vallamos a entrenar. Yo simplemente no puedo negarme.
Es una desgracia sentirme así por él.
Él no es mío, pero tampoco es de nadie más.
Sin embargo , cuando estamos los dos solos, ignoro todo a mi alrededor.
Ignoro el hecho de que no soy importante para él. Sólo entrenamos, él me cuenta su día en la plantación y yo lo ignoro.
Por más que me gustaría ser más cercano a él, simplemente no puedo. Eso sólo empeoraría la situación.
Él no es mío, pero no es de nadie más.
Sí, tiene familia, tiene amigos e incluso enemigos. Pero nadie es lo suficientemente especial para él como para tratarlos diferente.
Me alegra, pero me entristece a la vez.
Me entristece que no soy alguien especial para él, pero me alegra que no trata a nadie de otra manera.Al menos eso espero.
Él no es mío, pero no es de nadie más.
Por más que me aleje de él, no puedo evitar acercarme a él de nuevo.
Cuando por fin deja de buscarme por sus frívolos deseos de entrenar, cuando por fin estoy en paz, nada de eso pasa. Siempre termino acercándome de nuevo a él.
Me atrae a su presencia en contra de mi voluntad. Su ausencia me hace extrañar su presencia y no puedo evitarlo.Voy a buscarlo como un cachorro busca su juguete chillón que juró escuchar a lo lejos.
Él no es mío, pero no es de nadie más.
Por más que me cueste aceptarlo, por más que me cueste decirlo, eventualmente tengo que afrontarlo.
Estoy perdidamente enamorado de Kakarotto.
Yo, Vegeta cuarto, príncipe de la casi extinta raza saiyajin, estoy enamorado de un estúpido guerrero de clase baja.
Por eso siempre recuerdo estas palabras; grabadas en mi mente sin manera de borrarlas.
"Él no es mío, pero tampoco es de nadie más"
Es lo único que me hace no perder la cabeza.
Yo lo amo con todo mi ser, más él nunca va a amarme. Sólo soy su rival.
Él no es mío, pero tampoco es de nadie más.