✦passerine; dream smp

❥como un zorro a una madriguera (como un águila a un nido)

5097 palabras

Debe haber tenido una vida antes de esto. Una madre, un padre, un hogar. Tal vez hermanas, o hermanos. Pero había pasado tanto tiempo, demasiado tiempo, y ahora todo lo que conocía era este maldito juego. Sus manos no conocían otra forma que sus puños cerrados con fuerza alrededor de una espada, balanceándose eternamente, encontrando su marca a través de la piel y el hueso.

Todos trataron de correr, por supuesto. Construyeron muros y se encogieron en los rincones, pero él siempre los encontraba. A veces, rogaban. A veces, elegían saltar desde los acantilados en lugar de enfrentarse a su ajuste de cuentas. Y a veces, lo miraban con ojos tan vacíos como los suyos y recibían la muerte con los brazos abiertos. Esos eran los que más envidiaba.

Technoblade nunca muere, susurraban alrededor de fogatas y piras funerarias.

Rezó para que eso no fuera cierto.

Las voces lo llevaron a reinos, condados y pueblos, sin importar lo que le ofrecieran a cambio; las voces no exigían dinero, exigían sangre. Luchó por hombres audaces y hombres estúpidos, reyes codiciosos y rebeldes soñadores. Luchó por ejércitos condenados al fracaso y los arrastró a la luz de la gloria. Había perdido la cuenta de cuántos aliados había luchado al lado; después de un tiempo, sus nombres y rostros se habían desvanecido en los rincones de su nebulosa memoria.

Y luego estaba el Ángel de la Muerte.

Era una de las pocas personas con una reputación que coincidía con la de Technoblade. Había oído hablar del ángel a través de historias susurradas y fragmentos de chismes de taberna. Escuché que tiene alas de obsidiana, le diría un cliente a otro con una copa de cerveza. Escuché que una vez masacró a todo un ejército, él solo. Él hace que incluso el Dios Verde tenga miedo.

Technoblade había comenzado a imaginar a un hombre despiadado, un carnicero inmortal con la misma sonrisa miserable que él. Pero Philza no era un ángel vengador. Él era simplemente Philza.

Se habían conocido por coincidencia, en una tierra de hielo y nieve. Era yermo, pero habían hecho un trabajo rápido, juntos, primero como aliados y luego como amigos. A pesar de todo, Philza sonrió con alegría en lugar de sorna, se rió en lugar de carcajearse. En los días más tranquilos, pasaban el tiempo con té y ajedrez, y meditaciones silenciosas que calmaron los gritos en la cabeza de Techno, aunque sólo fuera por un rato.

"Sabes", había dicho Techno durante uno de sus combates de entrenamiento (tenían que mantenerse en forma, por supuesto, porque los tiempos de paz nunca duraban tanto como la gente esperaba), "las historias nunca hablan de este lado tuyo".

Philza había hecho una pausa, con una pequeña sonrisa divertida en su rostro. "¿Oh?" él había dicho. "¿De qué hablan las historias, entonces? 

"Te llaman el Ángel de la Muerte". Techno clavó los talones cuando Philza reanudó una avalancha de golpes con su espada desafilada. "Dijeron que dejas un camino de destrucción a tu paso que nada, ¡ja!" Techno paró y pasó a la ofensiva. "... que nada es sagrado para ti."