Capítulo único

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Hogwarts.
Harry Potter.

Sus amigos le atormentaron hablando hasta el cansancio sobre su historia de la marca del destino, parecía ser el único tema del que podían conversar en esos últimos días. Era inevitable pues Ron y Hermione eran novios y habían tenido la fortuna de compartir marcas.

—Harry, ¿no te emociona?— Inquirió la chica pero el niño que vivió solo hizo una mueca.

—Creo que es lindo— Admitió sin mucha emoción.

—¡Qué entusiasmo el tuyo!— Exclamó el pelirrojo.

—Ron, no quiero que una marca en mi piel me dicte a quien debo amar. Quiero poder elegir a la persona con la que formar una familia— Explicó con la tristeza impregnada en sus palabras.

—Cuando lo dices de ese modo...

Al menos parecía que habían desistido y cambiaron de tema, comenzando a hablar de las prácticas de quidditch y Harry, se emocionó de poder charlar de algo realmente agradable para él.

(...)

Llegó el treinta y uno de julio y con ello su cumpleaños número dieciocho. No era una fecha particularmente feliz para él pero trató de animarse cuando la marca en su mano comenzó a inscribirse en la piel dibujando letras que él podía leer perfectamente, incluso cuando las finas gotas de sangre se derramaban por los dedos.

"De la sombra a la luz".

Harry, se limpió la nueva cicatriz con una servilleta y la observó, estudiándola durante un largo tiempo. La inscripción no tenía mucho sentido y no daba muchas pistas de quien sería esa persona.

—Que marca tan rara, amigo— Expresó Ron, pues las marcas sólo eran símbolos y en algunos casos animales grabados en sus manos.

—¿Eso es pársel?— Preguntó Hermione y Harry, solo asintió —¿Y qué dice?.

—No es importante, ya sabes lo que pienso de esta cosa— Harry, miró al hombre parado justo detrás de su amigo.

—No seas tan amargado, si sigues así podrías convertirte en el próximo Snape— Ron, rió y al ver los rostros angustiados de sus compañeros tragó en seco —Está detrás de mí, ¿verdad?— Volteó y se estremeció al ver a Severus.

—Creo, señor Weasley, que debería cuidar mejor su lengua— El profesor centró su mirada en Harry —Potter— Dijo a manera de saludo.

—Snape— Respondió de la misma manera y el hombre le extendió un pequeño paquete el cual tomó con cierta vacilación.

—Feliz cumpleaños, espero no le incomode recibir un presente de mi parte— Severus, entrecerró los ojos mirando la marca en la mano del chico.

Harry, abrió el obsequio y en su interior halló una fotografía de su madre cuando esta era más joven, sonrió y miró a su profesor.

—Gracias, aprecio mucho el detalle— Severus, giró sobre sus talones y se alejó con su túnica ondeando dramáticamente detrás de él.

—Eso fue extraño— Expresó el pelirrojo —¿Desde cuándo Snape y Harry, se llevan tan bien?.

—Creo que simplemente ya no se odian como antes— Habló Hermione —Sin duda tu madre era hermosa— Dijo, mirando la foto que Harry, había estado observando desde hace rato.

—Sí, lo era.

Aunque Severus Snape y Harry Potter, no tuvieron un buen comienzo, los recuerdos que el chico vio en el pensadero le dieron una perspectiva diferente de quien era su profesor, siempre fue una especie de protector y guía malhumorado. Pero bajo esa coraza de desdén y resentimiento había un hombre valiente y bondadoso, aunque no esperaba que ese mismo hombre le diera un regalo. Mirando la fotografía se preguntó como sería pasar su cumpleaños con sus padres, imaginó a su madre abrazándolo y se sumió rápidamente en la melancolía. Para distraerlo, Ron, intervino:

En pársel [Snarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora