One-Shot

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La figura peliblanca podía contemplar perfectamente como su amigo, Shinichiro, era rechazado una vez más

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La figura peliblanca podía contemplar perfectamente como su amigo, Shinichiro, era rechazado una vez más. Aunque este no pudiera escuchar las palabras, sabía muy bien cómo terminaba las relaciones, o confesiones del mayor de los Sano.

Estaba preparado para cuando se pusiera a llorar, y este tuviera que ir a consolarle. Aunque le doliera por el hecho de que no reconociera que su persona era un omega.

Cuando vio que pronto caería lágrimas del rostro de su amigo, supo que era el momento de actuar.

Wakasa fue directo hacia el, y le puso un brazo alrededor de su líder.

—Shini-chan, Takeomi y los demás no están esperando ¿nos vamos ya? —dicho esas palabras, el albino comenzó a desprender feromonas, para que la persona contraria se alejara de su amigo. La chica pudo notar muy bien el repudio de Wakasa hacia ella, y decidió irse, no antes mandarle una mirada coqueta.

Wakasa sabía muy bien que su perfil era atractivo tanto para los omegas como alfas. No tenía los típicos estándares de un omega, más bien, era más cercano a un alfa. Por ende, Shinichiro no dudaba de que el fuera un alfa como el.

—¡Wakasa! No debiste asustarla. —el pelinegro empujó un poco a Wakasa olvidándose sus ganas de llorar. —y los demás se fueron hace tiempo. —dijo en tono burlón.

Los dos comenzaron a reírse. Shinichiro sabía que el albino estaba atrás suyo cuando le rechazaron, supo muy bien que el iría a ayudarle. Tenía una confianza ciega, y el sentimiento era mutuo.

—¿Te rechazaron otra vez? Ya va por el 20. —se burló del mayor de los Sano.

—¡Te dije que dejaras de contarlo—bufó con molestia fingida. —venga, vamos, tengo que ver como esta Mikey y Emma. De seguro aún no fueron a dormir, estos niños.

El peliblanco sólo sonrió un poco y le siguió el paso.

Para sorpresa de estos dos, cuando llegaron a la casa del abuelo, se encontraron con una nota de el.

Shinichiro,
hemos ido a las aguas termales, ya han cenado, vuelve a tu casa sin preocupaciones anda.”

—¿Te dejaron solo?

—No te burles de mí, ya podrían haber avisado antes, que para algo existe teléfono. —y así siguió quejándose hasta que llegó a su departamento.

—Shin-chan, me tengo que ir. —dijo de repente el peliblanco. Este sintió una corriente muy fuerte, seguido de un escalofrío. Ni por nada del mundo podría olvidar el significado de estas reacciones de su cuerpo, era el celo aproximándose.

—¿Ah? ¿Por qué? —dijo, y casi se podía visualizar un puchero.

—Se me olvidó que tenía que prepararme para visitar.. A unos amigos. Nos vemos dentro de una semana, supongo—el albino comenzaba a agitarse, tenía bastante resistencia a su celo, pero no si Shinichiro estaba delante suyo.

Soy un omega, ¿sabes? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora