|04|ᴛʜᴇ ᴘᴇʀꜰᴇᴄᴛ ꜰᴀᴍɪʟʏ|

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▏𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝕱𝖔𝖚𝖗▕
❝The Perfect Family❞

Los Dickinson, una de las familias mas ricas del pueblo, por no decir especialmente la primera

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Los Dickinson, una de las familias mas ricas del pueblo, por no decir especialmente la primera. Siempre con sus sonrisas de amabilidad y su elegante caminar, las mujeres de la familia siempre con esos vestidos tan costosos y los hombres con sus relojes lujosos. Podías decir que eran una familia muy feliz si la observabas de lejos, sin embargo los miembros mas jóvenes de esta sabían la verdad, la historia real.

Nadie allí era perfecto y nunca lo serian. Y eso molestaba tanto a los mayores.

Camille y Adrien, desde pequeños fueron el modelo a seguir de muchos, quizás por eso esperaban lo mismo de parte de sus hijos, sin embargo lo único que lograron era que los hermanos los detestaran cada vez mas. Sus padres eran tan egocéntricos que querían que Fleur y Charles sean una replica de ellos cuando jóvenes.

Deberían haber pensado que idealizarse a si mismo arruinaría todo, por no hablar de sus actitudes tan desagradables.

Aunque, Fleur no podía evitar en pensar en las veces que se sentía feliz con ellos. Porque aunque la mayoría de veces las peleas estaban presentes otras pocas veces la paz se presentaba. Esos momentos eran los favoritos de la joven.

Hasta que ya no los hubo y solo los gritos se escuchaban. Al igual que en este mismo instante, los gritos de su padre se escuchaban cada vez mas a medida que subía por las escaleras y la castaña sabia muy bien hacia donde se dirigía.

Siempre sabia lo que le esperaba si hacia algo mal y aunque nunca fueran apropósito sus acciones, esta vez si lo fue. Sabia que buscar a Anne seria un problema, pero no le importo.

Realmente ya nada le importaba.

⸺¡Tu! ¡Ponte de pie, Flor!⸺los gritos de Adrien se hicieron presentes en mi cuarto ni bien atravesó la puerta, me levante lentamente sin mostrar alguna emoción en mi rostro, pero por dentro no podía estar mas asustada de lo que podría llegar a pasar dentro de estas cuatro paredes, al acercarme lentamente a el puedo sentir su mano agarrándome fuertemente la muñeca, sin duda seria otro moretón que ocultar.

Diez minutos, diez largos minutos de escucharlo sin parar diciendo que el profesor se había acercado a nuestro hogar explícitamente para decirles el extraño acercamiento que tenia con la pelirroja y sobre mi escape al mediodía, sin poder acotar ninguna palabra, solo debía escuchar y me hice acordarme a mi misma que en este mundo las mujeres al final del día no tienen opinión. 

Seque mis lagrimas lentamente y lo mire fijamente, observando como palabras sin sentido salían de su boca, nada de lo que decía lograba tener sentido para mi, siempre me sorprendía al pensar lo diferentes que éramos uno del otro, si no fuera por nuestro parecido físico nadie pensaría que somos familia.

Mi madre, solo estaba allí parada, como si nada pasara, ignorando el hecho de que mi padre allá dejado roja mi muñeca debido a su agarre.

⸺¡No podrías ser simplemente normal! ¿Verdad? Siempre con tus libros, ignorando a todos, ignorando a tus malditos pretendientes, ¡¿Con quien piensas casarte, Fleur?! ⸺exclamo finalmente ahora si esperando una respuesta de mi parte pero mi corazón se detuvo al ver como me llamaba, el no merecía llamarme así ni en cien años de vida y al no recibir una respuesta pego su mano libre a mi mejilla.

𝑫𝒊𝒄𝒌𝒊𝒏𝒔𝒐𝒏 | 𝙂. 𝘽𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora