16. | eres como una canción; la más dolorosa y torturosa

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‹ tengo miedo de que se queme todo mi corazón y queden solo cenizas › ! txt.

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estaba sentando en medio del patio, se sentía relajado, más real que días enteriores donde se sentía perdido.

hoy seguía siendo algo agotador el intentar olvidarlo, pero estaba seguro de que lo último que quería era volver a tener ese sentimiento asqueroso que lo estaba consumiendo.

no seguía siendo lo mejor, su actitud a veces era la peor y su sonrisa seguía siendo tosca a la hora de mirar atrás.

pero estaba bien, hoy sí lo estaba.

fue un desperdicio después de todo, el creer, soñar, ver más allá de la realidad fue tan placentero y doloroso. porque la caída terminó dañando su cuerpo, el interior que hoy seguía siendo feo.

— hola — dio un pequeño brinquito en su lugar. no miró, sólo se quedó ahí tratando de esconderse entre el pasto. — mhm, ¿liam?

— sí, lo siento. — subió un poco su miraba, siendo cautivado por una sonrisa pequeña, aquella que dejaba a la vista los dientes de conejo del más pequeño. — yo, sí...

aquel sonrió, y se dejó caer frente suyo, es ahí donde notó el pequeño envase de plástico entre sus manos. el cual le tendió segundos después, lo miró con temor y después negó volviendo a lo inicial.

— es para ti, no te he visto comer en estos días y bueno, me preocupa.

sonrió débil pero siguió con su rechazo hacia la fruta. — no tengo hambre, digo, si como, pero no me gusta hacerlo aquí.

— lo entiendo, pero debes hacerlo. — acercó el pequeño envase a su cara, sin dejar de darle pequeñas sacudidas para llamar su atención. — cómo futuro médico en nutrición te puedo decir que estas algo bajo de tu peso, y es que, es obvio que no pesas lo que se supone que debe de ser por tu estatura. y no está mal, digo, depende de tu complexión y otras cosas.

— sólo no quiero comer, es todo.

liam creyó que se sentiría incómodo, pero contrario a eso, le causaba gracia la forma chistosa en la que hablaba.

— y okay, no tengo problemas con eso, pero sólo aceptalo, lo compré para ti. no importa que lo comas aquí o en tu casa, sólo... — lo volvió acercar. liam dudó, pero terminó por aceptarlo con un pequeño 'gracias'.

— es lindo de tu parte.

— no, esto es algo que cualquier otra persona debería de hacer, liam, porque es obvio que no estás bien pero buscas estarlo. — el castaño lo miró por fin, viendo esa sonrisa nuevamente, pero acompañada de unos ojos rasgados y de mejillas rosas. — y si nadie está, yo lo estaré.

eres. | ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora