~la primera vez que vi tu rostro~

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Después del altercado con su lavarropas, Yoongi se dispuso a recoger todo y terminar su tarea en el lavadero del edificio. Con la esperanza de que nadie lo estuviera usando, tomó su cesto con su ropa empapada y salió de su departamento. El cuarto de lavado estaba vacío, como lo esperaba, pero se debía a un cartel grande que le advertía: FUERA DE SERVICIO.

- No, no, no...

- Ah, buenos días, Min - el señor Jang era un ex idol, ahora empresario, que vivía en el mismo edificio - Al parecer vamos a tener que usar pijamas toda la semana - le dijo, viendo la cantidad de ropa que tenía.

- Mmmh...el problema es que me estoy quedando sin pijamas también...No importa, iré al otro cuarto.

- ¿El del segundo cuerpo?

- Si, casi nadie vive allí.

La imagen de su vecina volvió a su memoria

Casi nadie vive allí.

La desconfianza que le tenía a esa parte del complejo se esfumó por completo. Cómo había dicho, casi nadie vivía allí ¿Ella y quiénes más? Seguro se sentía tan sola.

Tan sola.

La curiosidad por ver el lugar por el que se movía esa chica lo guío casi a ciegas por el puente que conectaba los dos bloques. Adentro, se veía un poco más pequeño y oscuro, como una versión más modesta del lujo de los pasillos que rodeaban su propiedad. Y a medida que se acercaba al cuarto de lavado, se volvía aun más solitario. Le gustó la extraña sensación de peligro.

Pero entonces, una voz rompió el silencio. Una voz femenina hablando en inglés desde el interior del cuarto. Se detuvo a escuchar.

- Mierda, no te interesa, Yoongi - se reprendió a si mismo y entró.

Y allí estaba ella.

Una mujer extranjera, hablando por teléfono mientras doblaba su ropa. Reconoció el delantal. Levantó su cabeza y lo saludó con una sonrisa.

Y sus rodillas le temblaron.

No otra vez.

Pero entonces, ella bajó la vista y continuó con lo suyo, ignorandolo.

No, sonrieme una vez más.

Sacudió su cabeza, como si fuera a desterrar cualquier pensamiento perverso de esa forma. Pero era inútil. Se movía como un autómata, un zumbido inundaba sus oídos.

- ¿Hola? - la escuchó decir en un coreano bastante decente. ¿Me está saludando? Se dio la vuelta con el corazón en la garganta.

- Uhm...hola - y luego, un silencio incómodo.

- Oh, lo siento - de repente estaba avergonzada - Se que ustedes son más reservados, pero al menos quiero decirles "hola" a la gente que vive en el mismo lugar que yo.

- Está bien supongo. Es considerado. Solo que no estamos acostumbrados.

Ante el sonido de su profunda voz, ella se sonrojó, Sus expresiones la hacían parecer tan insegura. Tan vulnerable.

- ¿De dónde eres? - le pregunto amablemente.

- T/p.

- Eso queda un poquito lejos...

- Si. Me mudé aquí hace una semana.

Una semana. Esa bella criatura había estado todo ese tiempo cerca suyo y él no tenía idea.

- ¿Vives sola?

- Si - contestó ella, sin recordar el consejo que sus padres le habían dado: "eres muy crédula, t/n, ahora que irás a un país completamente extraño deberás ser más desconfiada".

Con toda la tranquilidad del mundo, terminó de doblar su ropa y se despidió de Yoongi.

- Me llamo t/n, por cierto ¿Tú?

- Yoongi. Min Yoongi.

Vermillion (Yandere Yoongi x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora