T/N salió de su departamento rumbo a su trabajo, como venía haciendo todas las mañanas desde que llegó a Corea. Se obligaba a levantarse más temprano de lo habitual, pues el metro generalmente estaba abarrotado, pero debía respetar a las personas que habían llegado antes. Y llegar tarde al trabajo estaba fuera de discusión.
Por suerte, no estaba obligada a usar tacones altos, así que sus botitas Converse le permitieron apretar el paso para salir del edificio y llegar con más tiempo de margen.
- ¿T/N? - preguntó una voz profunda.
- Oh - volteó y lo reconoció - Min Yoongi¿no?
- Si, solo dime Yoongi - se le acercó desde el mostrador de la entrada. Estaba muy distinto a cuando lo había visto en el lavadero dos días atrás. Llevaba un sobretodo negro y ropa deportiva debajo. Su pelo negro estaba peinado hacia atrás. Era...hermoso.
- E-esta bien, Yoongi - dijo ella, sintiendo como su sangre le calentaba la cara y le daba color a sus mejillas - Bueno, adiós.
- ¿Tienes prisa? Puedo acercarte.
T/N supo que debía decir que no. No debía confiar en cualquier persona que pareciera buena, los psicópatas parecían buenos. Pero su vecino no podría arriesgarse a hacerle daño. Es decir, estaba ofreciéndole llevarla en frente de todas las personas que pasaban.
- Está bien - se decidió.
- Vamos, también tengo que salir.
Lo siguió al garage del edificio. Su mandíbula casi cayó al suelo cuando vio todos los autos de lujo estacionados allí. Se detuvieron junto a un auto negro, austero y sobrio. Igual que Yoongi. Rodeó el vehículo y estiró su mano para abrir la puerta del copiloto, pero vio como los dedos pálidos y largos de Yoongi le ganaban.
- Es la primera vez que subes a mi auto, no voy a dejar que abras la puerta tú - le dijo con una expresión calmada y amable.
- G-gracias.
Yoongi no podía creer lo fácil que había sido lograr acercarse a ella. Se había pasado el domingo mirando por su ventana hacia su departamento, pensando en la forma de hablarle. Alguna excusa, aunque fuera una estupidez. No tenía sentido que estuviera tan cerca y que no la pudiera tocar.
Y esa mañana, ni bien despertó, volvió a observarla, pero ésta vez se le ocurrió una idea: probablemente debía ir a trabajar, el metro asustaba a cualquiera. Y el podía llegar antes que ella al hall de entrada. Se arregló lo suficiente como para no parecer recién levantado, pero no tanto, todo debía ser lo más casual posible. Cuando terminó, volvió a sentarse y espero a que T/N saliera de su departamento.
- Bingo - susurró cuando la vio dirigirse hacia la puerta, el hizo lo mismo y corrió hacia el ascensor.
Había llegado a la entrada con dos minutos de margen. Los contó hasta que vio como la muchacha salia del ascensor del segundo cuerpo.
Y ahora estaba a escasos centímetros de ella, podía sentir su sutil perfume y la tibieza que emanaba. Se imaginó que su piel era cálida y suave.
- Bien, t/n ¿Adonde vas? - le preguntó mientras se acomodaba detrás del volante. Escuchó su dulce voz dándole la dirección con su rudimentario coreano, estaba tensa, tal vez no estaba acostumbrada a estar a solas con un extraño, tal vez tenía miedo. Se deleitó con esa suposición
- Disculpa - le dijo de repente y se inclinó sobre ella - Por favor, debes utilizar el cinturón - tiró de la correa y la ajustó con vehemencia sobre el torso de la muchacha, que se hundió un poco en el asiento, alejándose de el. — Si — pensó Yoongi — Tienes miedo.
El rostro de T/N estaba completamente rojo y ella lo sentía perfectamente. El calor de su sangre en sus mejillas se lo aseguraba, y eso la ponía aún más nerviosa.
— Perdón — oyó la voz de Min — No es mi intención ofenderte con mi presencia, solo quería asegurarme de que el cinturón esté bien puesto — se sacudió tras el volante, incómodo — Debo recordar que en tu país seguro los hombres no acostumbran ser tan atentos.
— Oh, no te preocupes. Tienes razón, también debo recordar diariamente lo distinta que es Corea — respondió nerviosa t/n.
— Patrañas — esa voz volvía a acechar a Yoongi — En ningún lugar está bien invadir el espacio personal, inventa una mejor excusa, perdedor...
Debe confiar en tí.
Haz que confíe.Hasta que yo la pueda devorar.
ESTÁS LEYENDO
Vermillion (Yandere Yoongi x reader)
FanfictionUn poderoso productor musical se obsesiona con una soñadora editora, recién llegada a Corea por trabajo. Hasta donde llegará la obsesión de Yoongi? La quiere para él, cueste lo que cueste.