Mieczyslaw, el emperador del reino más poderoso en el mundo, respetado y amado no solo por su pueblo sino también por sus aliados.
Su mundo cambia cuando su esposo recoge a una plebeya volviéndola su amante.
No olvides quién te dio esa coronó Derek...
Mitch se encontraba sentado sobre su escritorio revisando sin parar los documentos frente él, su ceño estaba fruncido.
Las cosas en el reino había estado yendo bastante bien, tuvieron un pequeño altercado con unos rebeldes que estaban en contra del castaño pero con la ayuda de Jackson dando apoyo en lo militar junto con Scott y algunos soldados que fueron mandados por Isaac lograron acabar con ellos antes de que las cosas se hicieran mucho más grandes y no pudiera controlarlas.
La relación de Jackson y Mitch cada día parecía fortalecerse más y disfrutaban mucho de la compañía del otro, amor no les hacía falta y se mostraban fuertes frente a los demás nobles y su pueblo.
La puerta de su oficina se abrió dejando ver a un niño de cuatro años de la mano de Scott, que se mantenía un poco agachado para que el niño no tuviera problemas con su altura. El pequeño era castaño de ojos azules, piel pálida y lunares adornándola.
- Papi. – le llamó el menor mientras corría hacía al mayor.
Mitch sonrió mientras lo tomaba entre sus brazos.
- ¿Y tú padre?
- Entrenando.
- El pequeño Derek tiene demasiado energía y dijo que quería estar contigo. – le dijo Scott mientras se sentaba frente al escritorio.
Hace cuatro años había nacido el príncipe heredero: Derek Sallow. Gracias a la magia que tenía el castaño en su cuerpo podía quedar en cinta y así tener descendientes propios sin ningún problema así que en cuanto Jackson lo supo no salieron de su habitación por días y después llegó la noticia del pequeño. Cuando los Hale escucharon el nombre del menor quisieron llorar y la pareja solo sonrió enternecidos al poder recordar a ese hombre en su pequeño hijo, quien sería un gran emperador algún día.
- ¿Estabas aburrido?
- Si, y titi Scott me trajo. ¿Te molesto? – preguntó el pequeño con tristeza.
- Por supuesto que no. ¡Ya se! Vamos al jardín, te encanta estar ahí. – le dijo Mitch mientras se levantaba con su hijo en brazos.
Scott sonrió con cariño al ver esa escena. Su mejor amigo había pasado por demasiadas cosas por el simple hecho de ser el heredero y luego emperador del reino así que merecía feliz. Ahora lo era.
El caballero caminó detrás de su emperador y el príncipe heredero, se detuvo cerca de un pequeño jardín apartado del más grande. Ahí descansaban dos lápidas junto con flores a su alrededor.
- Él esta bien. Lo ha hecho de la mejor manera y encontró a un perfecto compañero para toda la eternidad. – se arrodilló – No tienen que preocuparse más, lo dejaron en las manos correctas. Mantendré mi promesa de cuidarlo hasta el último día de mi vida.
- ¡Scott! – le gritó Mitch desde el otro lado del jardín con Jackson a su lado abrazándolo por la cintura y el pequeño Derek moviendo su manita.
El caballero sonrió, se levantó y caminó hacía ellos.
No todos los comienzos son buenos pero el final valió la pena.
Lamento decirles que esta historia ha llegado a su final y no tendrá epílogo. Espero que la hayan disfrutado tanto como yo al escribirla. Gracias por todo su apoyo.
Como siempre les dejo la portada y sinopsis de la siguiente historia que estaré publicando en estos días.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Por qué tan feliz?
- Mi hermano vienen de visita. – dijo Jackson sin apartar la mirada de su celular.
- ¿Hermano?
El hermano de Jackson llega ala pueblo encantando a todos pero las cosas comienzan a complicarse cuando llega una nueva amenaza.
La manada tratará de ocultar su secreto por mucho tiempo pero al final tendrán de buscar una manera de contarle al chico lo que en verdad sucede.
