EL CAMINO ABSTRACTO. 1

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Un tal Pablo, también llamado como "Rabbit", acostado, pero, con los ojos bien abiertos y rojos fijados perdidamente en el techo de su habitación, decidió levantarse de su ruidosa cama. Al apenas dar 3 pasos y un bostezo, se escuchó una voz muy desgarrada y aguda al igual que desagradable desde el exterior de la ventana.

Rabbit separó las dos láminas de persianas rotas de la ventana, se podía ver a la vecina del bajo discutiendo con su perro. Pablo resopló con impotencia, se dio media vuelta, y su pupila pudo captar la suciedad y el desorden de su cuarto el cual no iba a recoger.

Se vistió rápidamente mientras escuchaba una canción de jeanette, cogió su bicicleta sin frenos para utilizar, le dio tres besos a su madre, y pegó la puerta mirando preocupado al iris de su querida madre.

Con un gorro de lana blanco, dos cascos para escuchar música en los oídos, y ansiedad, bajaba por la carretera a más de 35 km/h.

Cuando llegó a su destino; un campo de fútbol cualquiera de Torremolinos, Málaga.

Al apenas dar dos suspiros mientras entraba por una pequeña abertura de una reja oxidada, una persona de 14 años, con capucha, le ofreció con tan solo 2 o 3 gestos a sentarse, era

un tal "chiwili" un amigo que Rabbit todavía no reconoció.

Al mirarle las manos dañadas y sucias lo reconoció al instante. El encapuchado se quitó lo que le cubría la cabeza, lo que le hacía visible verle su cara magullada, con quemaduras en la ceja izquierda y una brecha de varias semanas sin cerrar.

- Pelea, ¿no? .- dijo Pablo. Su amigo asintió con la cabeza pareciendo tener impotencia.

Rabbit le alzó la mano rodeándolo, como un simple abrazo.

- ¡Esos hijos de puta!, me han quitado todo, el móvil, la bici [...]- afirmó titubeante. Después de una pequeña conversación a los tres días tenían planeado " vengarse".

La situación económica de aquellos dos no era buena sino era horrible.

Al día siguiente Alberto, amigo íntimo de Pablo, se acercó a este último con una riñonera, capucha y una mascarilla andando de una forma chulesca y vacilante. Sin tener ningún tipo de intercambio de comunicación entre ellos, se dieron un abrazo breve en el cual cada persona siguió por su camino. En ese breve momento del abrazo Alberto le dio discretamente unos 3 gramos de marihuana, los cuales su objetivo eran venderlos.

A 32 METROSWhere stories live. Discover now