🦋Ceder a las tentaciones que en mi mente existía iba más allá que solo pecar.
Se podría decir que todo empezó aquel viernes por la noche cuando el decidió invitarme a una pijamada en su casa y mientras mis sentidos estaban más despiertos que nunca...
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Con mis amigos, habíamos decidido que sería una perfecta idea que por navidad jugáramos un juego en el cual escribiríamos nuestros nombres en unos papeles para luego cuando los dobláramos y a lazar sacáramos estos tendríamos que hacerle un obsequio a la persona que nos haya tocado.
Este era un evento que ya habíamos hecho en navidades pasada y aunque las probabilidades eran escasas una parte de mi rogaba por que la persona que me tocara fuera sunghoon pero tristemente eso no pasó, la verdad es que no me moleste al respecto pues eso no limitaría que al final yo acabase por comprarle un obsequio.
Habíamos desistido que la entrega de los obsequios sería el último viernes que tendríamos escuela, pues así podríamos de paso hacer una pijamada, ver películas toda la noche, comer golosinas y pizza hasta que no pudiéramos más.
Se podría decir que el plan era casi perfecto, pues aunque solíamos ser bastante unidos en la escuela, a veces cuando las vacaciones llegaban, ninguno solía saber mucho sobre el otro y rara vez coincidíamos en que los otros tuvieron tiempo libre para reunirnos, así que siempre al final a veces de los seis que éramos acabábamos por reunirnos unos cuatro, tres y hasta incluso solo solíamos quedar Sunghoon y yo, la verdad es qué tal vez eso en otro momento me hubiera molestado, pero siempre sentía que entre más tiempo pasara con sunghoon, podríamos ser más amigos, así que nunca reproche ese, hecho y también yo era bastante consciente de que a este tampoco le importaba demasiado, pues sunghoon no era del tipo de personas que se lamentaba por los demás, y tal vez por diferentes comentarios que llegó a decir, yo había entendido, que en su vida solo radicaba el, pues si alguien se iba de su vida no era importante el se amaba a si mismo y decía que cualquier persona es reemplazable, y a pesar de que el día en que escuche esas palabras sentí un dolor extraño en mi pecho no dije nada, pues me dije a mi mismo que las cosas conmigo eran diferentes, yo era su mejor amigo, ¿no?.
Y mientras mis ansias crecían por que llegara tal día, otro problema llegó a manifestarse pues a pesar de tener una medianamente buena relación con mis padres sentía que tendría que trabajar un poco sobre la manera en las que tendría que pedirles permiso para quedarme a dormir en la casa de sunghoon, lugar donde se realizaría el intercambio de regalos, y tras varios días de indirectas, y buen comportamiento estos accedieron, a pesar en ese día, me preguntó si tal vez mi vida hubiera sido distinta si nunca hubiera ido a esa casa.
Oh y también olvide mencionar que, para permitir que yo fuera aquel día y me quedara, también me habían dicho que si aceptaba ir a uno de esos retiros católicos del grupo al que mi madre solía asistir que sería todo el día del sábado de esa misma semana, podría ir, y a la mala acabe por acceder.
El tiempo pasó, y el jueves llegó y también consigo trajo las clásicas excusas de parte de mi grupo de amigos.
Uno dijo que tenía una cena con su novia ese mismo día, así que solo se quedaría para el intercambio de regalos, así misma otro dijo que su madre no le había dado permiso, el otro incluso fue menos discreto y llevó a su novio quien no dejó de insistirle para que se fuera y el último también fue recogido por su novio.
