« O O 3 »

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Habían pasado exactamente 4 días desde la ultima vez que vi a mi Alfa, se sentía extraño por fin poder decir «mi Alfa» alguien a quien se supone debería amar con todo mi ser, y no era así, no me malinterpreten, yo no lo odiaba, pero él me había hecho daño con sus palabras y mi loba interior podía sentirlo de peor forma. A diario me pedía que lo fuera a buscar, pero no odia hacerlo. En primer lugar porque no sabía ni siquiera cómo se llamaba, en segundo porque estaba molesta y dolida y en tercera...no hay una tercera.







Era viernes por la tarde, como de costumbre ya no tenía ningún pendiente ni deber, así que solo estaba en mi habitación mirando por milésima vez la saga de Maze Runner, pero esta vez ni siquiera estaba poniendo atención, tenía tantas cosas en qué pensar. Mis ojos tenían unas ojeras en color café muy pronunciadas y mis labios estaban secos, mi piel no tenía color. Había estado platicando con mi tío un poco sobre mi Alfa, me dijo que si por él fuera ya lo hubiera colgado del en un poste, aunque tuve que omitir algunas partes como por ejemplo cuando me llamó fea y sobre qué estaba decepcionado de la mate que le había tocado, si le conté la mayor parte. Me dijo que él no podía ayudarme esta vez porque era un Alfa de otra manada, pero que estaba seguro de que tarde o temprano me vendría a buscar.








Recibí una llamada de Anne, necesitaba ayuda con los pequeños y claro que acepté encantada, me gustaba mucho convivir con los bebés, aunque estoy segura de que por el momento no quiero ninguno. Son tan lindos y tiernos, pero crecen demasiado rápido, tan solo de imaginarlo me aterra. Bajé a la sala de estar donde estaba mi tío trabajando en su laptop, se bajó los lentes y me miró:







—Cielo, ¿a dónde vas?



—Anne quiere que la ayude con los bebés, ella vendrá por mi, volveré más tarde. —me acerqué a donde estaba y le di un beso en la mejilla.



—Está bien, avísame cuando llegues, cualquier cosa solo llama. —asentí y tomé mi tote bag y salí de casa.








Al momento de cerrar la puerta escucho que un auto se estaciona afuera, Anne debió de llegar. Me volteo y veo que es un auto muy lujoso en color gris plata, no tenia ni la menor idea sobre autos pero siento que vale mucho dinero. Ni siquiera tengo que preguntarme quién es, porque con el simple aroma me doy cuenta de quien es. Las manos me comienzan a hormiguear, como si necesitaran el contacto con él, pero claro que era así. Me relamí los labios e hice mis manos puños para tratar de tranquilizarme, mi corazón estaba tan acelerado. Por favor, que venga de buen humor para que podamos hablar, pensé. Vi a dos hombres bajar del auto y después vi que abrieron la puerta trasera y salió el Alfa, me miró sin expresión alguna.







A pesar de que no demostraba enojo ni felicidad, pude darme cuenta de que había algo de tristeza en él, podía sentir que no estaba feliz. La noche comenzaba a hacer presencia así que no pude notar muy bien sus ojos, pero recordaba que eran de un color miel muy hermoso. Los hombres se quedaron de pie a un lado del auto y el Alfa comenzó a caminar hacia mi. Idea locas atravesaban mi mente como "¿Será que me dará un beso de saludo?"







—Hola ¿cómo estás? —decidí hablar primero, estábamos a menos de un metro de distancia.




—Te necesito, sube al auto. —me dijo sin más y se dió la vuelta. No podía con la emoción.




—¿Tu...me necesitas? —traté de no sonar emocionada, pero estaba segura de que había fallado.




—Déjate de tonterías, sabes a lo que me refiero. Ven ahora mismo.







Luna rechazada  「Kim Taehyung 」 BTS Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora